Los mejores de Castilla y León

Veinte años han pasado desde que la Junta de Castilla y León empezó a premiar a algunos de sus personajes más significados en las artes, las ciencias, el deporte y otras actividades, calificados como "los mejores de los nuestros" por el presidente Juan Vicente Herrera. Son galardones que no entienden de colores políticos y que sirven para que personas de muy distinta procedencia e ideología descansen de la batalla diaria que a veces supone la actividad política. Anoche se entregaron los premios 2005 al escritor Luciano González Egido; al director teatral Fernando Urdiales; al investigador Pablo Espinet; al experto en ecología Estanislao de Luis; a la Hermandad de Donantes de Sangre; a los deportistas Fermín Cacho y Abel Antón; a la Fundación Santa María la Real, impulsada por el arquitecto y dibujante José María Pérez González, Peridis, y al sacerdote abulense Olegario González de Cardedal. El acto se celebró en Valladolid, en el monasterio de La Santa Espina, un lugar de resonancias históricas creado en 1197 y donde ahora se forman jóvenes agricultores y enólogos que elaboran un vino que, en palabras de José Valín, consejero de Agricultura, "va mejorando de día en día". En ese marco, lugar que alberga uno de los mejores museos de España de aperos de labranza, se desarrolló la entrega de premios y el vino que siguió a la misma y que permitió relajar un poco el ambiente crispado que se vive desde hace semanas en la región a causa del traslado a Cataluña de algunos papeles del Archivo de Salamanca, formado durante la Guerra Civil. El sitio sirvió para que uno de los premiados, el teólogo González de Cardedal, recordara sus orígenes campesinos y humildes, que lo convertían en "un pobre venido de la más estricta pobreza", y aprovechara para agradecer a la iglesia que hubiera "hecho posible que los pobres de Castilla y León pudieran estudiar y acceder a la libertad mediante la cultura".-