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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Represión franquista

N representación de Celi, Dolores e Isabel, hijas de Amador Vázquez e Irene Fernández, víctimas de la represión franquista. Carmona (Sevilla) -

Se han celebrado en Huelva las II Jornadas Memoria y Justicia. Han intervenido eruditos y estudiosos de la represión franquista, sobre todo en Andalucía, que están documentando lo ocurrido en esas fechas en las que los sublevados contra el Gobierno español de la República entraron en las distintas poblaciones andaluzas. Gracias a su sensibilidad y preocupación se está rescatando esa parte de nuestra historia que a muchos convino ignorar.

Hubo voz para los descendientes de las víctimas, víctimas ellas mismas también de la represión.

Tras haber escuchado todos esos testimonios me surgen preguntas: ¿por qué están bajo tierra, sin identificar, como si fueran animales, los restos de tantos ciudadanos españoles cuyo único "delito" fue defender un gobierno elegido democráticamente?

¿Por qué sus nombres no son honrados y sacados a la luz como sí se hizo con los que se sublevaron? (Qué injusta ironía). ¿Por qué la Junta no elabora una ley que respalde las exhumaciones e identificaciones de los restos de ciudadanos que murieron por defender los valores que al parecer este Gobierno también comparte? ¿Por qué se sigue dejando al arbitrio del gobierno local la decisión de honrar a los que fueron asesinados por defender la ley?

Nosotros tenemos las respuestas, nuestros muertos hablan a través de nosotros. Es el momento en el que las autoridades deben escuchar y actuar. Esto no es un problema individual, es social. Esta sociedad no hará justicia hasta que llegue el día en el que los últimos restos sean honrados y haya un reconocimiento para esos españoles que murieron por defender la justicia social. Las autoridades tienen en su mano abrir ese paréntesis y sanar las heridas que una gran parte de esta sociedad lleva soportando en silencio durante décadas.

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