Niels-Henning Ørsted Pedersen, contrabajista de jazz
El contrabajista de jazz Niels-Henning Ørsted Pedersen, o NHOP, como era conocido en los ambientes jazzísticos, falleció el pasado martes en su domicilio mientras dormía como consecuencia de un ataque al corazón. Tenía 59 años.
Ørsted Pedersen nació en la localidad de Osted, Dinamarca, en el año 1946. Contrabajista por accidente -era el instrumento que faltaba en la banda familiar-, inició su carrera profesional a la temprana edad de 13 años, acompañando a las "estrellas" del jazz danés de la época. A los quince era ya uno de los contrabajistas de jazz más solicitados por los músicos americanos de gira o residentes en el Viejo Continente. Con dieciséis entró a formar parte del "grupo de la casa" en el Monmartre Jazzhouse de Copenhague. Su corta edad le impidió aceptar una oferta del director de orquesta Count Basie, quien, tras escucharle formando parte de la big band de Quincy Jones, decidió incorporarle a su formación. Cuando, al año siguiente, el Conde repitió su oferta, Pedersen, ya mayor de edad, volvió a decir "no" ante la posibilidad de que, trasladando su residencia a Estados Unidos, fuera llamado a filas en plena guerra de Vietnam.
Mientras tocó en el Monmartre Jazzhouse, Ørsted Pedersen tuvo la oportunidad de alternar con los solistas más grandes del género, entre ellos el pianista Bud Powell y los saxofonistas Dexter Gordon y Ben Webster. Tete Montoliu fue su compañero de sección -y algo más- durante el tiempo en que el catalán residió en Copenhague (años sesenta). Montoliu tomó al joven prodigio como su "hijo adoptivo" y éste a Montoliu como su "segundo padre". La relación entre ambos se mantuvo a lo largo del tiempo y Pedersen nunca ocultó su preferencia por Tete entre todos los pianistas de jazz: "Nuestras raíces son las mismas, nos gustan las mismas cosas, no necesitamos decirnos nada para saber lo que va a tocar el otro a cada momento". Poco antes de fallecer Montoliu, en agosto de 1997, pudo vérseles por última vez juntos sobre un escenario en un mano a mano inolvidable.
A lo largo de su carrera, Pedersen acompañó a músicos de toda condición y especie, desde los más apegados a la tradición, como el pianista de swing Teddy Wilson, a los más vanguardistas, como el incandescente Albert Ayler. Puede decirse que no hay intérprete de jazz de cierta envergadura en el último medio siglo que no haya recabado los servicios del danés en algún momento. La relación incluye los nombres de Sonny Rollins, Bill Evans, Joe Pass, Miles Davis, Stan Getz, Roy Eldridge, Milt Jackson, Ella Fitzgerald, Benny Carter, Chet Baker, Lee Konitz, Jackie McLean, Paul Bley... En los años setenta entró a formar parte del trío del pianista Oscar Peterson, con quien permaneció por espacio de casi dos décadas recorriendo los principales escenarios del género. Una labor que el danés compatibilizaba con sus propias grabaciones en un tono tanto más intimista. En ellas se hizo acompañar de algunos colegas de profesión a los que se sentía particularmente cercano, como los guitarristas Philip Catherine y Ulf Wakenius, y el pianista norteamericano residente en Dinamarca Kenny Drew.
Testigo excepcional de una época, Ørsted Pedersen fue más que un "virtuoso". Su amor por la melodía; su precisión y seguridad y la exactitud de su tono, todo ello se conjugaba de forma milagrosa con un acerado toque poético cuyas raíces se remontan a la tradición musical nórdica.-
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