La UPV ultima un plan para renovar paulatinamente su plantilla docente
"Puede ser un problema serio si no se toman medidas", alerta el vicerrector de Profesorado
La plantilla docente de la UPV envejece, y lo hace de forma poco escalonada. Ésta es una de las consecuencias del surgimiento histórico de la institución, que, coincidiendo con la celebración de su 25 aniversario, ultima un plan para asegurar la renovación de su profesorado, que cuenta una edad media que ronda los 48 años. Alrededor de esta franja de edad se encuentra un elevado porcentaje de los 3.500 docentes consolidados de la UPV, es decir, aquellos que disponen de una plaza con carácter permanente y dotación presupuestaria. Si no se toman las medidas adecuadas, esta concentración puede acarrear a medio plazo problemas provocados por jubilaciones masivas, que debilitarían el capital humano de la universidad y afectarían a su rendimiento, tanto en el aspecto docente como en el investigador.
De hecho, las estimaciones realizadas por la propia UPV indican que en los próximos cinco años alcanzarán los 70 años -edad máxima de jubilación en la carrera universitaria- 150 personas, pero de 2010 a 2015 ese número se doblará. "Tenemos aún un par de años de margen para comenzar a actuar, pero nuestra intención es poner en marcha acciones para equilibrar este proceso el curso que viene. Los plazos nos permiten ser prudentes, pero este es un problema al que hay que hacer frente. Si no es así, en diez años se convertirá en un problema grave, y en 20 en un problema muy serio", advierte el vicerrector de Profesorado, Juan José Unzilla.
La medida principal que perfila el Rectorado para atajarlo es la propuesta de un contrato-programa específico -es decir, subvención a cambio del logro de objetivos concretos- dentro del nuevo Plan Universitario que firmará con el Gobierno vasco para los próximos cuatro años. Esta actuación, calificada como estratégica por Unzilla, se basará en dos grandes iniciativas. Por un lado, en un programa de contratación de profesores ayudantes, la categoría recogida en la normativa para aquellos que comienzan su carrera académica. "Un docente, además de vocación, necesita una metodología, un aprendizaje práctico que se obtiene con el tiempo, tanto en las aulas como en los laboratorios. En lugar de recurrir de forma directa al mercado cuando se produzcan las jubilaciones, aprovechamos así nuestra propia cantera", argumenta.
Esta iniciativa, que se ejecutaría de forma gradual en los próximos cuatro años, se completaría con un plan de jubilaciones incentivadas y prejubilaciones para docentes mayores de 60 años. En este caso, se estudiaría cada caso de forma personal y se analizaría la salida más conveniente para el docente y para la propia universidad. Antes de su aprobación final, ambas propuestas se discutirán con los sindicatos y en el Consejo de Gobierno de la universidad.
El vicerrector de Profesorado tiene previsto, también dentro de las actuaciones para potenciar el relevo y el rejuvenecimiento de la plantilla, promover una disminución progresiva de la carga docente entre los profesores mayores de 55 años. "Hay personas que arrastran problemas físicos y a las que es muy difícil aguantar más de cuatro horas seguidas en un laboratorio. Además de ayudarlas, facilitaríamos la posibilidad de empezar a dar cancha a la gente joven", explica Unzilla, que aclara que este supuesto tampoco se aplicaría de forma sistemática, sino tras un estudio personal de cada caso.
La aplicación de estas medidas permitirá, según el responsable del profesorado de la UPV, que la universidad aproveche en mayor medida el capital humano con el que cuenta, así como el mantenimiento de un equilibrio necesario entre experiencia y juventud, y la desaparición del riesgo de una universidad envejecida y sin relevo generacional en el campo docente.
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