Empieza el cónclave
No creo exagerar si califico de muy dura la homilía de la misa previa al cónclave vaticano pronunciada por el cardenal alemán Joseph Ratzinger.
Valgan estas frases como un apunte de lo que digo: "¿Cuántas corrientes ideológicas?, ¿cuántas modas del pensamiento? La pequeña barca del pensamiento de muchos cristianos ha sido agitada por estas olas, que van de un extremo a otro, desde el marxismo al liberalismo -pasando por el libertinaje-, al colectivismo, al individualismo radical, desde el ateísmo a un vago misticismo religioso".
Dado que dicho cardenal se postula como futuro pontífice, o bien como elector con un gran poder de influencia sobre el resto, da miedo pensar si éste va a ser el nuevo talante de la Iglesia.
Este modo de pensar, carente de respeto a la libertad de pensamiento de las personas, es más propio de la Edad Media que de los tiempos que corren, y más parece hecho para complacer a los sectores más intransigentes de la Iglesia que a la mayoría de los fieles, especialmente europeos. Ojalá la moderación acabe por imponerse en este proceso de elección, aunque el comienzo no es muy prometedor que digamos.
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