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1.600 viviendas terminadas en los nuevos barrios desde diciembre

Los nuevos barrios diseñados a las afueras de Madrid por el Plan General de 1997 suman 200.000 viviendas. A 31 de marzo de 2005, sólo hay 11.857 casas (el 6%) con licencia de ocupación -es decir, terminadas y listas para ocupar o ya habitadas- y otras 28.000 en construcción (ver gráfico), aunque la Concejalía de Urbanismo subrayó ayer que el ritmo se ha acelerado (en los últimos cuatro meses se han dado 1.600 licencias de ocupación).

Los más avanzados son los nuevos barrios del norte -Sanchinarro, Montecarmelo y Las Tablas- y el de Carabanchel, éste con casi el 90% de las casas ya en construcción. En el Ensanche de Vallecas la edificación de las primeras viviendas comenzó el pasado verano, y aún no hay ninguna llave entregada.

Por contra, los más retrasados -el Ayuntamiento insiste en que no hay tal retraso, porque levantar un barrio de este tipo "lleva su tiempo"- son los desarrollos del sureste: de éstos, El Cañaveral y El Berrocal culminarán en los próximos meses el proceso administrativo de aprobación del planeamiento urbanístico -al igual que Valdebebas, situado al noreste- y empezarán después a urbanizar el terreno, unas obras que suelen durar entre dos y cuatro años. "No estarán habitados hasta dentro de cinco años", explicó la coordinadora de Urbanismo, Beatriz Lobón.

El mayor de los nuevos barrios previstos, Valdecarros (48.000 casas), en Villa de Vallecas, está aún en la primera fase de elaboración del planeamiento, así que no tampoco una realidad antes de seis o siete años.

Operación Chamartín

Beatriz Lobón anunció también que el próximo viernes se reunirá el consorcio de la Operación Chamartín, formado por el Ministerio de Fomento, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento, para intentar "desbloquear" por enésima vez la Operación Chamartín (la construcción de 16.200 viviendas sobre los terrenos de Renfe, al norte del paseo de la Castellana). Este proyecto lleva paralizado diez años, por retrasos en la tramitación de los que las tres administraciones se culpan mutuamente. El último parón se produjo el pasado septiembre, cuando la ministra de Fomento, la socialista Magdalena Álvarez, mostró su disgusto por el escaso número de pisos baratos previstos, y propuso aumentarlo.

Sus declaraciones causaron un fuerte malestar en la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento, dirigida por Pilar Martínez, que recordó que, aunque es cierto que la proporción de viviendas baratas es mínima (únicamente 1.500, el 9% del total previsto), también lo es que todas se levantarán sobre suelo municipal o de la Comunidad, mientras que Fomento sólo tiene previsto construir vivienda a precio de mercado. "Nos parece muy bien que la ministra quiera más casas baratas, pero que las levante sobre su suelo", dijo Martínez.

"Aún no sabemos qué ha decidido Fomento con el asunto de la vivienda protegida. El viernes veremos qué pasa", dijo Lobón.

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