_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Notas vascas

1. A primera vista el resultado de las elecciones vascas del día 17 revela dos grandes perdedores y dos vencedores. En el primer grupo se sitúan la coalición PNV-EA, sus socios de EB y el PP; en el segundo aparecen el nacionalismo radical y el PSE-PSOE. Los primeros bajan en conjunto y cada uno de ellos, los segundos suben, en conjunto y cada uno de ellos. Pero eso es sólo a primera vista.

2. No cabe duda de que el gran perdedor es el tripartito vasco. El Gobierno del señor Ibarretxe contaba con 36 votos en el Parlamento anterior, y ha bajado a 32, suponía casi el 48% de los votos y ha caído cuatro puntos, podía gobernar como coalición cuasi mayoritaria y ya no puede. La derrota del gobierno saliente es tan clara que caben serias dudas acerca de su prolongación.

3. EB se alinea entre los perdedores aunque haya conservado su representación parlamentaria porque ha visto reducidos sus apoyos electorales y, sobre todo, porque el objetivo estratégico de repartirse con PNV-EA los despojos de Batasuna se ha revelado inalcanzable. El pacto implícito basado en el principio de "el radicalismo nacionalista para ti , el radicalismo social para mí", que sostenía la extraña coalición de Gobierno se ha frustrado: no hay nada que repartir. En la medida que en política rige el principio barroco O subir, o baxar, EB baja. Es cierto que ha mantenido posiciones en Vizcaya y Guipúzcoa, pero las ha cedido en Álava. Empero, su mayor derrota consiste en que en 24 horas ha pasado de ser indispensable para formar gobierno a ser una fuerza superflua, prescindible. No creo que el señor Llamazares lo lamente mucho.

4. El PP se alinea entre los perdedores por tres razones: ha bajado, y lo ha hecho de modo casi uniforme, hasta el punto de que si no lo hubiere hecho en estos momentos estaríamos manejando la hipótesis de un gobierno vasco sin nacionalistas, y ha perdido su posición estratégica de primer partido nacional y segundo partido vasco. Ciertamente sus resultados no son tan malos como los que avanzaba alguna encuesta preelectoral, y tal vez ello se deba al acierto de su candidata (confieso mi debilidad por la señora San Gil ) y a su estilo, pero el PP llega acumulando una larga lista de errores en la cuestión vasca, y eso se paga. Quienes han perdido han sido los señores Rajoy, Acebes y compañía. Ver al señor Barreda intentando pasar por el señor Acebes transparenta una palmaria falta de credibilidad: el señor Barreda no se lo cree y se le nota. La derrota es particularmente preocupante porque la caída de seis puntos se supera en Álava, donde los conservadores tienen el gobierno de la capital y de la Diputación Foral. El exclusivismo se paga. Como sus compañeros catalanes, el PP vasco avanza hacia la irrelevancia.

5. Empero el gran perdedor sin duda ha sido el señor Ibarretexe, su plan, y la coalición PNV-EA. Planteadas las elecciones como un plebiscito sobre el plan que fracasó en febrero en el Congreso, el resultado es claro: la coalición pierde cuatro puntos en el conjunto vasco. No sólo no consigue ampliar su espacio electoral, que era la finalidad primaria del plan de marras, es que el mismo se reduce. El Estado Libre Asociado podrá seguir siendo el sueño de un hombre honrado, pero los electores han decidido que siga siendo un sueño. En la medida, alta, en que el plan era el proyecto personal del lehendakari saliente, el señor Ibarretexe aparece como el gran perdedor.

6. Empero la situación de PNV-EA es aún peor de lo que a primera vista parece, porque el citado plan perseguía la reabsorción progresiva del radicalismo nacionalista, y porque la estrategia a la que responde, la seguida por la dirección peneuvista anterior desde el pacto de Estella, era la sostenida por la candidatura perdedora en las elecciones internas cuya base fundamental se hallaba en Guipúzcoa. Pues bien, mientras que en Vizcaya y en Álava el PNV baja por debajo de la media cae mas de seis puntos en feudo de los discípulos dilectos del señor Arzalluz, en el dominio del señor Eguibar. Números cantan: no sólo no se ha conseguido reducir la implantación del nacionalismo radical, es que los tres escaños que el radicalismo nacionalista crece los crece en Guipúzcoa. Puestos a optar entre radicalismos nacionalistas el original siempre es mejor que la copia, parecen haber pensado los electores de la comunidad nacionalista. De este modo la fractura provincial se ahonda en el seno del nacionalismo mismo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

7. Porque en el seno de la comunidad nacionalista el radicalismo ha obtenido un marcado éxito: ha resistido la doble operación de captación de su electorado por el tripartito saliente, ha obtenido un buen resultado, ha crecido en votos pese a la caída en diez puntos de la participación, el independentismo pacífico de Aralar consigue presencia parlamentaria y Batasuna ha mostrado capacidad para arrastrar a sus electores a favor de lo que no se sabe muy bien si es una segunda marca blanca o el apoyo a un grupito disidente para mostrar la fuerza propia, que es la hipótesis más aparente, y, como colofón, ha subido dos escaños. El tiempo dirá si EHAK va mantener su cohesión.

8. Por último ha ganado el PSE: ha subido en votos pese a la caída de la participación, ha recuperado la estratégica posición de segunda fuerza política, ha aumentado muy notablemente su representación parlamentaria. La estrategia de la flexibilidad se ha revelado como más efectiva que la estrategia frentista seguida en 2001, esa estrategia ha contribuido directamente al fracaso de la estrategia del tripartito, a la liquidación política del Plan Ibarretxe, y a la elevación del PSE a la condición de interlocutor privilegiado y a eventual candidato a integrar un gobierno transversal.Que es lo que duele a los populares. ZP ha vuelto a ganar y lo ha hecho allí donde fracasó Jose María.

9. Lo importante viene a continuación, y pasa por el posicionamiento que acabe por adoptar el PNV, de quién vaya a vencer en la pugna interna, y en los efectos de la misma. Matemáticamente es posible un gobierno exclusivamente nacionalista (la suma de PNV-EA y EHAK da exactamente la mayoría absoluta ), esto es un gobierno de PNV-EA, con o sin el acompañamiento coreográfico de EB, una reedición del gobierno saliente con el apoyo externo del nacionalismo radical. Hipótesis que facilitaría un anuncio de tregua por parte de ETA. Pero no está claro que eso sirva a ETA misma, a la postre el poder fáctico del nacionalismo radical. De no seguirse esa línea cabría otra: el acuerdo transversal, el pacto entre el PNV y el PSE que vendría a suponer el retorno del PNV al autonomismo y la reedición de la mayoría natural que gobernó Euskadi entre la transición y Estella, con el encauzamiento de la cuestión vasca en una versión euskaldun de la vía catalana. Y no está de más señalar que esa es una hipótesis viable aun cuando la coalición ganadora se quebrase: entre PNV estricto y PSE tienen mayoría absoluta en el Parlamento Vasco. La solución, mañana.

Manuel Martínez Sospedra es profesor de Derecho de la Universidad Cardenal Herrera-CEU.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_