"El 'casting' tiene mucho que ver con la psicología"

Cuenta Sara Bilbatua (Eibar, 1958), directora de reparto de películas como Hable con ella, de Pedro Almodóvar, o Lucía y el sexo, de Julio Médem, que ha acabado en el mundo del cine "por azares de la vida". En principio iba para psicóloga. No sólo cursó la carrera en San Sebastián, sino que decidió estudiar interpretación en Madrid, convencida de que le iba a ayudar en su trayectoria. "Casualmente", explica, "un donostiarra, Flavio Martínez Labiano, me pidió que hiciera el casting de Justino, un asesino de la tercera edad". De eso hace ya doce años. Bilbatua es hoy una de las directoras de reparto más reclamadas por los cineastas españoles. El pasado jueves participó en la casa de cultura Larrotxene de San Sebastián en el ciclo Charlando con... Habló sobre

El aire que respiro, su primer cortometraje como directora y guionista, y

sobre su trabajo cotidiano de selección de actores.

"El casting tiene mucho que ver con la psicología, no sólo porque estás relacionándote constantemente con actores, sino también por el lugar que ocupas. Eres la coordinadora entre dirección, producción y reparto", apunta. ¿Suele tener libertad absoluta? "Los directores están tan ocupados normalmente...", responde. "Pero generalmente les inquieta mucho el proceso de selección de actores, porque cuando tienen el reparto, ya tinen el alma de la película, porque es a través de él como van a expresar los sentimientos, emociones y pensamientos".

Su intuición, su sexto sentido para descubrir la personalidad y las dotes interpretativas que se ocultan tras un rostro y unos gestos suelen ser del gusto de los directores con los que trabaja. Si eso no ocurre, tampoco se siente "en absoluto herida". "Forma parte del proceso", señala.

Bilbatua no plantea castings abiertos. Después de más de una década en la profesión, dice conocer bien el mercado, estar al tanto de los jóvenes que andan bregándose en teatro, porque no deja de "investigar". Por eso recurre directamente a ellos. También ahora que trabaja para Fernando Guillén Cuervo en Managers y con Guillermo del Toro en El laberinto del fauno.

¿Se siente orgullosa de haber descubierto a alguien? "A veces sí, pero eso hay que preguntárselo a los intérpretes, porque, por ejemplo, me da un poco de vergüenza decir que he descubierto a Eduard Fernández para el cine, porque era un monstruo del teatro en Barcelona", responde. Estas son las satisfacciones que le da un trabajo que en 2003 compaginó con El aire que respiro, corto sobre la obsesión de una mujer por alejarse de la rutina, que promociona el programa Kimuak del Gobierno vasco.