Ibarretxe se juega su plan soberanista
Segundos comicios autonómicos vascos sin atentados de la banda terrorista ETA
El lehendakari, Juan José Ibarretxe, se juega en las elecciones vascas de hoy su plan soberanista. Las convocó el 2 de febrero, al día siguiente de que éste fuera rechazado en el Congreso, y las planteó como un plebiscito. "Dar la palabra para que se escuche el clamor de la sociedad vasca", dijo. En la campaña, Ibarretxe se ha quedado solo en la defensa de su propuesta. No lo ha explicado, y ha eludido su contenido más agresivo: el rechazo de la soberanía de las Cortes españolas y el reconocimiento al derecho de secesión de Euskadi. Se ha limitado a pedir la mayoría para "negociar y consultar".
- La entrada de EHAK. Ibarretxe tenía más fácil su objetivo plebiscitario si el espacio de Batasuna no se hubiera cubierto. Su sueño era pasar de los 33 escaños de 2001 a los 38 de la mayoría absoluta, o, en todo caso, lograrla con la ayuda de su socio en su Gobierno tripartito, EB-IU, que entonces tuvo tres. La irrupción de EHAK se lo ha complicado. Tampoco le ha ayudado la campaña, poco movilizadora. La muerte del Papa eclipsó media campaña y, además, su principal oponente, el PSE-EE, la ha distendido, evitando el frentismo. Ibarretxe, preocupado, ha llamado a la movilización nacionalista, que hace cuatro años, con una participación del 80%, le dio la victoria por 25.000 votos sobre el bloque PP-PSE-EE. Es muy difícil que esa participación se repita hoy.
La irrupción de EHAK y la desmovilización hacen temer a PNV-EA por la mayoría
El PP ataca al PSE y a la vez le pide su apoyo para combatir a los nacionalistas
Zapatero quiere desbloquear la situación con un Estatuto reformado y una oferta de paz
El llamamiento a las urnas se planteó como un plebiscito tras la derrota en el Congreso
- Las cosas están cambiando. Ésta no es la Euskadi de hace cuatro años. Entonces ETA estaba en plena ofensiva. En la campaña mató al edil de Zaragoza Manuel Giménez Abad, del PP; y la víspera de las elecciones explotó un coche bomba en Madrid. Por contraste, ésta es la segunda vez que no ha habido atentados de ETA. Además, María San Gil (PP) y Patxi López (PSE-EE) han recorrido Euskadi sin incidentes. El debate ha sido más distendido. Incluso ha habido uno entre los candidatos en la televisión pública vasca. La distensión ha deshecho el bloque PP-PSE-EE de 2001. Los socialistas vascos han tenido importantes apoyos procedentes del nacionalismo -Emilio Guevara y Joseba Arregi, ex dirigentes del PNV-; de IU-EB, como Imanol Zubero, y ha mantenido el apoyo de intelectuales, como Fernando Savater. El propio Ibarretxe introdujo en su discurso el pluralismo y el apoyo a las víctimas del terrorismo, aunque su práctica no sea coherente.
- La irrupción de Zapatero. El presidente del Gobierno se ha volcado en la campaña, con tres mítines. Ha dicho que el cambio ya ha empezado en el País Vasco por la distensión en la propia campaña, el inicio del desbloqueo y la falta de apoyos al plan Ibarretxe. Guevara, ex dirigente del PNV, ha vaticinado que con el del lehendakari sucederá como con el Estatuto de Estella que el PNV presentó en la República. Fue rechazado por las Cortes y el PNV hizo otro con el PSE, que respetó las reglas y se aprobó. Zapatero ha arriesgado una doble oferta para contribuir al cambio: Apoyar un estatuto reformado si tiene un respaldo de dos tercios y ofrecer a ETA un compromiso de paz si deja definitivamente las armas. ETA no ha matado en la etapa del Gobierno de Zapatero y es la segunda vez que no se producen atentados de ETA en una campaña vasca. La primera fue en 1998, que coincidió con la tregua de la banda terrorista. Joseba Azkarraga (PNV-EA), comparte con Zapatero que ésta puede ser la legislatura de la paz e insinuó que la no impugnación de EHAK respondería a un pacto de los entornos del Ejecutivo y la banda.
- La presencia de Rajoy. El líder del PP ha aprovechado los tres mítines en los que estuvo presente para atacar, sobre todo, a Zapatero y a los socialistas vascos por identificar su rechazo de los frentes con un acercamiento al nacionalismo. También denunció la no impugnación de EHAK y expresó su sospecha de que hay un pacto oculto entre Gobierno y ETA. Es relevante que el ex presidente José María Aznar no haya hecho campaña, y que el secretario general de los populares, Ángel Acebes, haya tenido poca presencia. El PP ha apostado por su candidata, María San Gil, que se ha revelado como una buena comunicadora.
- Paradojas. La principal paradoja de Ibarretxe es que tras haber hecho de su plan el eje del debate vasco, apenas ha hablado de él por el miedo que genera, incluso entre su electorado moderado. La del candidato de Ezker Batua, Javier Madrazo, ha sido intentar desligarse del plan Ibarretxe cuando lo votó en el Parlamento vasco. La de San Gil, hacer del ataque al PSE-EE un eje de su campaña y pedirle, a la vez, ser su socio. La de López, no explicar cómo puede ser lehendakari en solitario.
- Pronósticos. Si Ibarretxe logra la mayoría absoluta, sólo con PNV-EA o con el apoyo de EB-IU, insistirá con su plan. Si no la logra, el juego se abre. Populares y socialistas han dicho no al plan. Existe riesgo de bloqueo a corto plazo. Ahí puede tener efecto la oferta de Zapatero de negociar entre todos un nuevo estatuto. El vuelco total se daría si la suma del PSE y PP superara a la del tripartito.
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