Europa reivindica su protección social
Almunia asegura que el Estado del Bienestar es compatible con "políticas sanas" de crecimiento
El comisario de Asuntos Económicos y Europeos de la Unión Europea, Joaquín Almunia, replicó ayer al Fondo Monetario Internacional (FMI) que "los países más exitosos en Europa son aquellos que poseen sectores públicos y Estados de bienestar más fuertes", tras la afirmación de dicho organismo en el sentido de que "con su tasa de crecimiento potencial actual, Europa no puede permitirse el Estado de bienestar". Por su parte, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, desestimó también la sugerencia del FMI de contemplar la opción de recortar los tipos de interés. "Está descartada", dijo Trichet.
La cena del G-7 (Estados Unidos, Alemania, Japón, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá), celebrada el pasado viernes, dio paso ayer a las ruedas de prensa de cada uno de los países participantes, y a la comparecencia conjunta del comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la Unión Europea, Joaquín Almunia, y el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet.
El comunicado de los siete países más ricos del mundo difundido ayer señala que la expansión económica "sigue siendo robusta", pero advierte de que "los desafíos están presentes", en referencia a que "los altos precios constituyen un viento contrario y la expansión es menos equilibrada que antes". Los ministros urgen a "poner en práctica una vigorosa acción para resolver los desequilibrios globales y promover el crecimiento: la consolidación fiscal en Estados Unidos; nuevas reformas estructurales en Europa y otras reformas, incluyendo la consolidación fiscal, en Japón".
El 'desorden' de los tipos
El G-7 insiste, una vez más, en que "los tipos de cambio deben reflejar los fundamentos de la economía" y que "no es deseable para el crecimiento económico la excesiva volatilidad y los movimientos desordenados en los tipos de cambio". Por ello, "en este contexto, enfatizamos que es deseable mayor flexibilidad en los tipos de cambio para los grandes países o áreas económicas a las que les falta dicha flexibilidad para promover ajustes suaves y generalizados en el sistema financiero internacional, basados en mecanismos de mercado".
El párrafo es la repetición al milímetro de los comunicados de las últimas tres cumbres del G-7. La alusión a que las monedas de los países asiáticos y China deben apreciarse es implícita, sin nombrarles. En paralelo, la presión directa a las autoridades chinas queda en manos del presidente norteamericano George W. Bush y su ministro del Tesoro, John Snow, quien ayer, al resumir las conclusiones del G-7, volvió a la carga: "Con todo el trabajo preparatorio ya hecho, China está preparada para adoptar ahora tipos de cambio más flexibles".
El G-7, otra parte, reconoce que no ha podido alcanzar un acuerdo para cancelar la deuda de los países más pobres, iniciativa del Gobierno de Tony Blair que será discutida nuevamente en la cumbre del G-8 (los siete países industrializados y Rusia), en Gleneagles (Reino Unido) los próximos 8 y 9 de julio.
Al presentar las conclusiones del G-7, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, fue preguntado por las declaraciones de los últimos días, tanto de Raghuram Rajan, economista jefe del FMI, como del director gerente, Rodrigo Rato, sobre la incompatibilidad entre una tasa de crecimiento potencial de la economía europea inferior al 2% y el mantenimiento del Estado de bienestar.
"Los países más exitosos de Europa tienen un sector público y un Estado de bienestar fuertes. Es el caso de Dinamarca, Suecia y Finlandia. Y otros países donde el Estado de bienestar está menos desarrollado tienen menos éxito", dijo Almunia. Y añadió: "No hay una relación directa entre bajo crecimiento y Estado de bienestar. Lo que se necesita es una política macroeconómica sana, una política de sostenibilidad de las finanzas públicas que permita un ajuste a las diferentes fases del ciclo económico, para asentar y fortalecer el Estado de bienestar".
Trichet, por su parte, comentó -en respuesta a una pregunta- la sugerencia del Informe Económico Mundial en el sentido de que el BCE debe mantener todas las opciones abiertas sobre la mesa y que no debe descartar una bajada de tipos si la economía europea sigue cayendo. "Recibimos muchas opiniones y consejos. Pero, como ya lo he dicho hace pocos días en Francfort, está descartada una bajada de tipos. Nosotros tenemos en la mira a la inflación. Las condiciones financieras actuales favorecen una mayor expansión de la economía", señaló Trichet.
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