Ibarretxe habla de "decisión y negociación" entre gritos de "independencia" y "a por ellos"

Juan José Ibarretxe aseguró ayer, en el cierre de su campaña, que Euskadi está "a las puertas de la decisión y la negociación". Pero mientras lo hacía, cientos de gritos de "independencia", y "a por ellos", especialmente de los más jóvenes, le interrumpían. El mitin de cierre de campaña de la coalición PNV-EA, en un ensordecedor ambiente de un abarrotado pabellón de La Casilla en Bilbao, con más de 5.000 personas, fue el de mayor contenido independentista de estos 15 días. Mientras, el líder del PNV, Josu Jon Imaz, criticó a los teóricos independentistas declarados, EHAK. "Es la muleta del PP y PSE, como Batasuna".

Ibarretxe, siempre el más aplaudido y jaleado en un ambiente ensordecedor, pidió a los suyos que llevaran el nombre de Euskadi por el mundo: "Somos uno de los pueblos más antiguos de Europa, debemos estar orgullosos de ello, debemos propiciar que el mundo sepa que aquí hay un pueblo milenario, pacífico, pero que queremos avanzar". Y luego explicó el momento histórico: "Debemos conseguir fuerza. Hemos sido la coalición PNV-EA quien ha puesto a este país a las puertas de la decisión y la negociación. El futuro lo vamos a decidir todos, hayamos nacido donde hayamos nacido. El futuro de este pueblo se decide aquí".

Los gritos de "independencia" que interrumpían el discurso de Ibarretxe, y antes de Imaz, no sentaban del todo bien a los oradores. "Lasai, lasai (deja, deja)", decía constantemente Imaz ante los gritos de los jóvenes. "Dejadme terminar", pedía el lehendakari. Más incómodos se sintieron cuando empezaron con el "A por ellos, oé, a por ellos, oé, oé, oé". Algunos al terminar cantaron el Eusko Gudariak, el himno al soldado vasco.

Ibarretxe juntó la inmigración con el problema de los vascos que se marchan hartos de la violencia de ETA y de la situación política. "Tenemos que construir un proyecto para todos. Hay quien dice que muchos salen. Pero el saldo migratorio en este país es ya positivo. También en esta cuestión no están diciendo la verdad. Tenemos que recibir a todos con los brazos abiertos. Todos somos personas, no puede haber sin papeles". Claro que a lo que se refieren el PSE y el PP es a los españoles que se van del País Vasco, no a los inmigrantes que llegan, como en todas las comunidades ricas, aunque en esta las cifras son muy inferiores a las de Madrid o Cataluña.

Ibarretxe, aficionado a contar cuentos o ejemplos extraños en sus mítines, utilizó esta vez el del pajarito, la vaca y el gato. "Dice que al pasar el pajarito junto a la vaca, ella le echó una plasta, una caca, y lo tapó, porque era muy grande. El pajarito sacó la cabeza y dijo pío. El gato se lo llevó, lo lavó y se lo comió", narró. "Primera consecuencia: no todo el que te llena de caca te quiere mal. Segunda: no todo el que te quita la caca, te quiere bien. Y tercera: aunque te pongan de caca hasta arriba, no digas ni pío, no insultes, explica tu proyecto", se rió entre enormes aplausos.

Begoña Errazti, la presidenta de Eusko Alkartasuna (EA), se encontró ayer por primera vez en la campaña con un ambiente claramente independentista, dominado por los gritos de los jóvenes y su "ikurriña bai [sí] española ez [no]". Y no desaprovechó esa oportunidad para llevar hasta el final su retórica. "Os necesitan los vascos de los otros territorios, los que, en Iruña [Navarra], preguntan qué va a pasar. Estamos haciendo historia. Necesitamos un último empujón. Sólo nos queda la posibilidad de la mayoría fuerte. Estamos defendiendo el único voto abertzale [patriota]".

"¿Qué es el EHAK?", se preguntó Imaz. "Es un voto estéril. El voto de Batasuna ha servido para ser títere del PSOE y del PP. El de EHAK igual, no contribuye a la solución".

Imaz pidió a su gente, entusiasta, que trabajara hasta el último minuto para arrastrar votos a las urnas, incluso bordeando la legalidad. "Vosotros, que no estáis bajo la junta electoral podéis seguir hasta el domingo, pero nosotros tenemos que callar a las doce de la noche", les dijo. "Esto igual me causa alguna denuncia, pero bueno", admitió entre risas. También protagonizó el momento estelar del mitin, cuando pidió un homenaje para Juan Mari Atutxa, el presidente del Parlamento vasco, que tendrá que sentarse en el banquillo por haber desobedecido una sentencia del Tribunal Supremo. Todo el pabellón, puesto en pie, le dedicó un largo aplauso mientras los dirigentes le abrazaban uno a uno. "Gracias por defender la casa del padre", dijo en euskera Imaz en referencia al Parlamento Vasco.