Una tuneladora de la M-30 pone en peligro el valioso invernadero de Arganzuela
El Ayuntamiento asegura que el recinto quedará protegido con una cubierta de plástico
La tuneladora de las obras de la M-30 ha encontrado a su paso por el oeste de Madrid un obstáculo que es una joya del patrimonio verde: el Palacio de Cristal de Arganzuela. Como reconoció ayer el director general de Infraestructuras, Manuel Arnaiz, la cimentación de este invernadero es más débil que la de otros edificios y su estabilidad peligra al paso de la tuneladora que abre el túnel bajo el Manzanares. "Con un poco de movimiento en su estructura, los cristales se romperán", aseguró. Por eso, explicó, Urbanismo estudia desmontar los cristales y sustituirlos por un cerramiento provisional. La portavoz de IU, Inés Sabanés, denunció que eso afectará a las más de mil especies vegetales que viven en el invernadero.
Arnaiz afirmó ayer que la Concejalía de Urbanismo no tiene claro qué hacer con el Palacio de Cristal de Arganzuela. "Se está valorando, en función de la afección al terreno, cómo va a comportarse el edificio", explicó. "Con un poco de movimiento, la estructura de cristal se puede romper. De hecho, ya hay algún cristal roto".
Las plantas del invernadero permanecerán en todo caso en ese lugar, según el director general de Infraestructuras del Ayuntamiento. Pero antes, los cristales serán sustituidos por una cubierta provisional "de plástico u otro material" que garantice el mantenimiento de la temperatura que precisan los árboles y las plantas, de acuerdo con lo que estipule el Área de Patrimonio Verde del Ayuntamiento, agregó Arnaiz.
Con anterioridad, responsables de Urbanismo habían declarado que el invernadero sería desmontado cristal a cristal y, tras las obras, levantado de nuevo. Así lo denunció ayer por la mañana en el propio Palacio de Cristal de Arganzuela la portavoz de IU, Inés Sabanés, que mostró las instalaciones, divididas en cuatro zonas: dos de plantas tropicales, una subtropical y una desértica.
Nivel rojo de afectación
"Queremos que expliquen el plan de desmontaje. No sólo de los cristales, sino del traslado de las especies vegetales, que requieren una temperatura constante de entre 17 y 30 grados y una humedad del 80%. Desmontar el invernadero es un riesgo para las plantas", afirmó la concejal, que aseguró que en el plan de obras no estaba previsto el desmontaje. "Estaba catalogado en un nivel rojo de afectación y el Ayuntamiento prometió que harían correcciones para que no hubiera desperfectos", añadió Sabanés.
Izquierda Unida entregó el documento correspondiente al proyecto de construcción de la calzada derecha de la conexión del paseo de Santa María de la Cabeza con la N-III (bypass sur de la M-30), donde Urbanismo especifica: "El paso de los túneles afecta al Palacio de Cristal. (...) El túnel derecho pasa en un tramo directamente bajo la estructura, mientras que el túnel izquierdo queda distanciado desde uno a tres diámetros".
Sabanés agregó que la reforma del invernadero hecha en 1992, cuando era alcalde José María Álvarez del Manzano, obligó a desembolsar 1.800 millones de pesetas de entonces (10,8 millones de euros). Pero, además, el Consistorio licitó el pasado febrero su mantenimiento por 850.000 euros. Por eso, la portavoz de IU denunció el "grado de improvisación" que en su opinión viene caracterizando a la reforma de la M-30, "en teoría el proyecto más informado del Ayuntamiento, según Gallardón, y en el que cada día nos asombran con nuevos datos", agregó.
En este proyecto, prosiguió la edil de IU, los técnicos de Urbanismo "no han tenido en cuenta que la tuneladora estaba tan cerca de un edificio singular y protegido y no han previsto un proyecto de garantías que tenía que estar ya hablado con la Concejalía de Medio Ambiente".
Sabanés había hablado a primera hora con los responsables de Medio Ambiente para solicitar permiso para visitar el invernadero, y éstos le comunicaron que desconocían que las obras de la M-30 obligasen a tocar el Palacio de Cristal de Arganzuela.
La portavoz de IU aseguró que su grupo municipal denunciará la actuación del invernadero por tres vías: ante la Fiscalía de Medio Ambiente y, además, incorporando este tramo de las obras de la M-30 a las denuncias ya existentes contra esa reforma que lleva a cabo el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, por la vía contencioso-administrativa y ante la Unión Europea.
Pero no sólo en la oposición ha encontrado contestación la situación del invernadero. Entre los técnicos de Medio Ambiente tampoco se ve con buenos ojos que se toquen estas instalaciones, donde "hay auténticas joyas vegetales", según estas fuentes.
Jardines arrasados
Ya causó malestar en otras áreas municipales que Urbanismo arrasara los parterres y jardines existentes frente al invernadero de Arganzuela. La plaza ajardinada que estaba entre el Palacio de Cristal y las naves donde tiene su sede la Compañía Nacional de Danza desaparecieron para dar paso a un gigantesco pozo de 100 metros de largo y 30 de profundidad desde donde la tuneladora horada ya el bypass sur. Sólo que en ese caso se trataba de especies vegetales comunes, que pueden reponerse, mientras que en el caso del invernadero el daño a las plantas sería irreversible. "Estas especies no pueden ser transplantadas", agregaron especialistas de Medio Ambiente.
Por eso, las mismas fuentes aseguraron que la concejalía defenderá con uñas y dientes el patrimonio ecológico de este lugar frente a las obras. Durante las primeras conversaciones entre los técnicos de Urbanismo y los de Medio Ambiente ha quedado claro que de ninguna manera será desmontado el invernadero, sino que el cristal que forma sus paredes será sustituido por algún material más resistente.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.