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Reportaje:

Pequeños pero dignos

El Ayuntamiento de Alicante, del PP, promueve con éxito pisos de 40 metros para alquilar a jóvenes y ancianos

El Ayuntamiento de Alicante, gobernado por el PP, ha desarrollado discretamente un proyecto

de promoción pública de pisos pequeños y alquileres baratos similar al anunciado con gran polémica por la ministra Trujillo. Y, a tenor de las declaraciones de varios de sus inquilinos, los pisitos de Alicante, de 40 metros, son muy dignos y cumplen perfectamente su función social.

Hasta tal punto ha funcionado el proyecto que el Ayuntamiento ha iniciado la promoción de tres nuevos bloques de minipisos, con 250 viviendas llamadas intergeneracionales (para jóvenes y ancianos) que tendrán servicios comunes, como lavanderías y terrazas.

Josefa Pérez tiene 87 años y es la arrendataria de uno de los 18 minipisos de promoción pública que el Ayuntamiento de Alicante, a través del Patronato Municipal de la Vivienda, puso en marcha como experiencia piloto. Ayer abrió su hogar a algunos periodistas. "Aquí el salón y la cocina, allí la habitación y el baño y se acabó", dice. "Es pequeño pero con todas las comodidades; compartimos con los inquilinos jóvenes las lavadoras -instaladas en la azotea- y las terrazas, todos nos llevamos de maravilla", dice.

Josefa estaba ayer contenta porque le han subido un poco la pensión. El Ayuntamiento cobra 103 euros mensuales por las casas más pequeñas, como la suya, y 114,83 por las grandes, un precio que la anciana paga puntualmente tras recibir cada primero de mes su paga de 530 euros.

Muy cerca de Josefa, en otro pisito municipal del casco antiguo, reside Raúl Sánchez, de 24 años. "Ya he compartido bastante, me gusta vivir solo y con mi sueldo de auxiliar administrativo no da para comprarme una casa", comenta. A Raúl, que lleva desde enero ocupando la vivienda pública, le parece "perfecto" el anuncio de la ministra de Vivienda Trujillo. "Si fueran además con opción a compra ya sería magnífico", dice.

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El Ayuntamiento tiene prevista una inversión de 42 millones de euros en la construcción de tres bloques de las denominadas viviendas intergeneracionales, es decir, edificios compartidos por ancianos, jóvenes y personas con discapacidades con espacios comunes. Los inmuebles se edificarán en el bario alicantino de Benalúa, en la Plaza de América y en la zona del Mercado Central. Si la ejecución de las obras se ajusta a lo que hay proyectado, habrá tortas por los pisitos: huerto, piscina, gimnasio, solarium, centros de día para mayores, un centro cívico y social, 700 plazas para aparcamientos, salas de televisión y multimedia, jardines y otros espacios comunes.

La distancia entre la reflexión de la ministra María Antonia Trujillo -viviendas de 30 metros- y la realidad de los pisitos de Alicante es exactamente de diez metros cuadrados, el espacio aproximado que puede ocupar un cuarto de baño en una casa de 100 metros.

El PP ha tachado de indignas las casitas de 30 metros anunciadas por Trujillo y muchos de sus dirigentes han empleado otros calificativos, como ratoneras, para desacreditar el proyecto.

Un dirigente de las juventudes del PP ha llegado a decir que reproducen el modelo de gueto soviético.

Sin embargo, al PP de Alicante le parece un gran proyecto su iniciativa de construir casas de 40 metros de alquileres baratos para jóvenes y ancianos. ¿Cuánta dignidad cabe en 10 metros? Trujillo respondió ayer a esa pregunta: "La dignidad de una vivienda no se mide por la superficie, sino por las condiciones que ofrece para el bienestar de la persona". Y Josefa Pérez, la anciana del pisito del casco viejo de Alicante, ajena a la polémica, también habla de dignidad: "Para dignos, mi pisito y yo".

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