En hora
Al presidente Zapatero le gusta repetir que "España y Portugal han puesto el reloj a la misma hora política" tras la victoria de los socialistas el pasado febrero en el país vecino. Y a su colega luso, José Sócrates, recalcar que "España es prioritaria en nuestra agenda política". De hecho, su primer viaje oficial al extranjero ha sido a Madrid, justo un mes después de su llegada al poder. Las frases de los políticos son a veces huecas, pero en esta ocasión quizá tengan lógica porque resumen la excelente sintonía entre dos líderes de partidos hermanos y trayectoria similar.
Las relaciones hispano-portuguesas atraviesan un excelente momento. Pero, sin duda, pueden perfeccionarse si hay buena onda, como es el caso de Zapatero y Sócrates. Ambos han anunciado que mantendrán, en junio próximo, una estrecha alianza en la negociación de las perspectivas financieras de la UE para el periodo 2007-2013 y defenderán la creación de un fondo específico que compense de algún modo los fuertes recortes que por efecto de la ampliación sufrirán las ayudas que reciben.
La visita ha servido para apuntalar compromisos en infraestructuras y redes de comunicación -en 2010 debe estar operativo el tren de alta velocidad Madrid-Lisboa-, cooperación hidrográfica y liberalización del mercado luso de electricidad. Zapatero ha asegurado que el Mercado Ibérico de Electricidad entrará en vigor en junio tras sufrir varios parones y Sócrates ha anunciado que se proyecta expandir la liberalización al sector energético. La gran asignatura pendiente de nuestros vecinos es incrementar sus inversiones en España. El fuerte desequilibrio de su balanza comercial (6.300 millones de euros en 2003) se explica por el meteórico incremento de las exportaciones e inversiones hispanas en Portugal en los últimos cinco años. El 30% de las importaciones portuguesas son españolas y España es el mayor inversor en Portugal con gran diferencia.
Portugal atraviesa una mala situación económica y arrastra un déficit público cercano al 6%. La Comisión Europea se ha negado a validar las cuentas de 2004 y aguarda a que el nuevo Gobierno presente un programa de estabilidad revisado. Sócrates promete enderezar el rumbo con más inversión, mejora de los servicios públicos y creación de 150.000 empleos en los próximos cuatro años. No es tarea fácil.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.