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Crónica:LA CRÓNICA | Elecciones en el PaísVasco
Crónica
Texto informativo con interpretación

El PP y su nuevo estilo de campaña

María San Gil visita pueblos en los que hace pocos años no podía entrar y en los que ha cambiado la escenografía

Soledad Gallego-Díaz

La irrupción de EHAK en la campaña vasca se ha convertido en uno de los argumentos centrales del Partido Popular para intentar retener a sus votantes y evitar que el Partido Socialista recupere la segunda plaza como fuerza política del Parlamento de Vitoria, tal y como le pronostican ahora todas las encuestas. La línea central del mensaje popular es que el PSOE no impide la presencia en las instituciones de lo que es una simple tapadera de Batasuna por falta de empuje y de decisión. La supuesta "debilidad" de los socialistas se ha convertido así en el eje central y en el flanco en el que "castigan" continuamente tanto la candidata María San Gil como el propio presidente del PP, Mariano Rajoy, sin que parezca afectarles ninguna argumentación de tipo jurídico.

"No puedo creer que no haya indicios para demostrar lo que todos sabemos", pregona San Gil en sus mítines e intervenciones públicas. "Lástima que el tema de EHAK no se supiera antes del debate que se celebró en la televisión vasca", ironiza un dirigente popular. "Todo el mundo admite que María lo hizo bien, pero allí sí que hubiéramos podido machacar con este asunto".

San Gil está realizando una campaña muy diferente a la que encabezó Jaime Mayor Oreja en 2001. Primero, porque su gran objetivo es el PSOE, el partido con el que cree que disputa un significativo puñado de votos en Euskadi, y al que el PP también quiere desgastar en el resto de España a propósito de los temas territoriales. Y segundo, porque ha optado por la organización de multitud de pequeños actos al aire libre, lejos de los grandes encuentros a puerta cerrada que convocó Mayor. (El portavoz del PP en el Parlamento de Estrasburgo mantiene, por ahora, una llamativa ausencia).

San Gil dice que está "recuperando espacios de libertad" y es cierto que algunos de esos actos en pueblos de gran actividad batasuna hubieran sido imposibles hace cuatro años, o incluso hace dos, antes de la salida de HB de los ayuntamientos del País Vasco. Ayer, en Pasaia (un pueblo costero que tuvo alcalde batasuno hasta la ilegalización de la organización y que ahora gobierna una alcaldesa socialista, con el apoyo de tres concejales del PP), la candidata popular se dio un breve paseo en barca y pronunció un pequeño discurso bajo los balcones de varias viviendas.

La "normalidad" no llegó, sin embargo, hasta el extremo de contar con público. María San Gil tuvo que dirigirse, impávida, a un frente de cámaras de televisión y micrófonos, sin un solo vecino. El vacío se notaba incluso en los balcones, donde solo una mujer tuvo suficiente curiosidad como para asomarse unos momentos.

Aun así, María San Gil considera que se nota un cambio muy notable respecto a campañas anteriores. No sólo porque hay menos crispación, sino también porque la "escenografía" ha cambiado de manera muy notable en casi todos esos pueblos. Ya no se ven edificios municipales con pancartas de Batasuna ni con grandes fotografías de los presos "locales". Ahora, todo lo más, hay pequeños carteles que recuerdan su existencia, pero que no se imponen de forma tan agresiva como antes.

En la mayoría de estos pueblos guipuzcoanos de fuerte implantación batasuna sigue sorprendiendo, sin embargo, la absoluta falta de propaganda electoral de los partidos políticos "clásicos", PNV incluido. En toda la zona que rodea a Tolosa, por ejemplo, la única propaganda visible en pueblos y carreteras es la de EHAK, abundante e inequívoca.

Curiosamente, en Lizartza, el pueblo de 590 habitantes del que es alcalde el dirigente del PNV Joseba Egibar, la ilegal Batasuna impone su presencia con más virulencia que en otras localidades próximas, y se ven abundantes carteles de "Egibar dimititu" y pancartas de presos. En otros pueblos de la zona, como Irura (de 950 habitantes) y Hernialde (287), la presión es tan grande que ni tan siquiera fue posible constituir los ayuntamientos tras las elecciones de 2003, y siguen adelante con un único secretario. En las dos localidades impera, por supuesto, la propaganda de EHAK. solg@elpais.es

María San Gil (segunda por la derecha), durante su visita a Pasaia.
María San Gil (segunda por la derecha), durante su visita a Pasaia.JESÚS URIARTE

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