El luchador inteligente
Van Bommel dispara las aspiraciones del PSV Eindhoven
La memoria de los aficionados del PSV Eindhoven se remite en estos días a la primavera de 1988, cuando el club holandés conquistó su única Copa de Europa derrotando al Benfica en una emocionante tanda de penaltis. Guus Hiddink dirigía aquel aseado equipo en el que brillaban Koeman, Gerets, Vanenburg, Lerby o Kieft. Ahora, Hiddink, como si inspirara una cábala sobre la capacidad de regeneración que siempre ha estado instalada en la filosofía del club, vuelve a sentarse en el banquillo de un PSV que, como en 1988, no parte como favorito para ganar el torneo, pero hoy está a un paso de plantarse en las semifinales.
También ahora puede presumir el antiguo técnico del Madrid, el Valencia y el Betis de contar con un grupo de buenos futbolistas. Ronald Koeman mantiene que uno es el mejor holandés de la actualidad. Se trata del centrocampista Mark van Bommel, cuyas actuaciones en la Liga de Campeones han desatado los rumores sobre su futuro, ya que su contrato con el PSV expira al final de este curso.
"Es un tipo de jugador similar al ex barcelonista Cocu, pero con más cosas", según Neeskens
Pretendientes no le van a faltar a un jugador que Johan Neeskens define como "un luchador inteligente": "Muy bien dotado en el aspecto técnico para cuidar la pelota, aporta profundidad con su buen desplazamiento del balón buscando a los extremos y defiende con gran intensidad, a la vez que sabe descolgarse en el ataque para exhibir su llegada y un potente remate desde media distancia. Es un tipo de jugador similar al ex barcelonista Cocu, pero con más cosas".
No le atribuyen facultades menores. Van Bommel (Maasbracht, 1977) las lleva puliendo desde que debutó con sólo 16 años en la Primera División con el Fortuna Sittard, club en el que permaneció sus primeras siete temporadas como profesional.
Su precocidad no le extraña a Bert van Marwijk, el técnico del Borussia de Dortmund, que fue entrenador del Fortuna en aquellos tiempos: "Tiene el don de la adaptación rápida. Y lo ha mostrado en todos los niveles: desde pequeño, cuando jugaba con chicos tres años mayores que él, hasta la selección nacional. Apostaría mi casa a que rendiría perfectamente en un equipo grande". El hecho de que Van Marwijk sea además su suegro no permite levantar sospechas sobre su opinión si se analiza la trayectoria de Van Bommel.
El Fortuna Sittard era toda una revelación en 1999, cuando llegó a disputar una final de Copa al Ajax, que se llevó el trofeo gracias a los dos goles que marcó Gronkjaer. Para entonces, Van Bommel ya sumaba 27 apariciones en la selección holandesa sub 21 al lado de gente como Van Nistelrooy. Arrigo Sacchi recuerda todavía cómo le impresionó en algún torneo juvenil aquel chico espigado (1,87 metros) que barría el medio campo.
El PSV le fichó en el verano del 99. Doce meses después, con 23 años, Van Bommel ya lucía el brazalete de capitán. En seis temporadas, ha ganado con él tres Ligas holandesas y marcado 56 goles en 315 partidos.
Es célebre su fuerte carácter en el césped, donde se emplea con una energía enorme, no exenta de dureza, y también en el vestuario. Hace unos años tomó la iniciativa de llevar a cabo una votación entre los jugadores para rechazar al entonces técnico del equipo, el belga Erik Gerets. Perdió la revuelta que encabezaba y acabó enfurecido por el hecho de que aquel episodio se filtrara a la prensa. Más tarde, en 2002, Gerets fue sustituido por Hiddink y Van Bommel reconoció públicamente que, a pesar de los pesares, le había convertido en un jugador mejor gracias a sus exigentes métodos de trabajo.
Hoy, a punto de cumplir 28 años, Van Bommel atraviesa el mejor momento de su carrera. Van Basten le ha dado galones en la selección holandesa, con la que ha jugado 33 partidos, mientras en el PSV es la referencia del equipo, aportando un gran equilibrio defensivo al lado de Cocu, sacando todas las jugadas a balón parado gracias a la precisión y potencia de su pierna derecha o repartiendo el juego con criterio. También, marcando goles: 11 en la Liga holandesa, que el PSV ya tiene virtualmente ganada, y dos en la competición europea.
Esta noche, en el Philips Stadium, su firmeza para reprimir el vertiginoso juego ofensivo del Olympique de Lyón y su olfato para guiar los contragolpes del PSV pueden ser la clave para que el equipo de Hiddink alcance las semifinales.
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