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Crónica:BALONMANO | Semifinales de la Liga de Campeones
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Ciudad Real, finalista de estreno

El cuadro manchego disputará el título al Barça tras superar al Montpellier

Llevaban una ventaja de seis goles (30-24 en la ida) y, al final, fue eso lo que valió. La distancia resultó insalvable para los franceses del Montpellier a pesar de que jugaban en su cancha. El Ciudad Real perdió la vuelta de su semifinal por dos, pero se clasificó para disputar la final de la Liga de Campeones por primera vez en su historia. El cuadro manchego disputará el título a otro equipo español, el Barcelona, el 30 de abril y el 8 de mayo. El catalán se clasificó el sábado a costa del campeón vigente, el Celje, esloveno. Será la tercera vez que dos equipos españoles se enfrenten en la final.

La competición europea se convirtió en el objetivo del Ciudad Real desde que perdió sus aspiraciones en la Liga. En Montpellier pasó pocos apuros. El momento crucial se produjo en el inicio del segundo tiempo, cuando su rival ganaba ya por dos goles. Pero entonces Juan de Dios Román, su técnico, logró que sus hombres se exprimieran. Campeones dos veces consecutivas de la Recopa, en 2002 y 2003, el Ciudad Real tiene la posibilidad de ganar su mayor título.

MONTPELLIER 33 - CIUDAD REAL 31

Montpellier: Omeyer (Karaboue), Kabengele (2), Junillon (1), Karabatic (6), Anquetil (3), Guigou (5), Bojinovic (3) -siete inicial-. Dole (7), Golic (1), Jurisek (3) y Zuzo (2).

Ciudad Real: Hombrados (Fort), Kallman (4), Pajovic, Duishebáev (4), Stefansson, Urios (3), Entreríos (9) -siete inicial-. Prieto, Ortega (1), Dzomba (7, 3p), Zaky (2), Jakobsen y Dinart (1).

Parcial cada cinco minutos: 2-4, 4-6, 6-9, 10-11, 14-14, 17-15 (descanso). 19-15, 21-20, 22-23, 25-26, 28-28 y 33-31.

Arbitros: Rancik y Beno (Eslovaquia).

4.500 espectadores en el pabellón René Bougnol de Montpellier. 450 del Ciudad Real. Partido de semifinales de la Liga de Campeones. El Ciudad Real ganó en la ida por 30-24.

Duishebáev, en el centro, sonríe tras ganar la Recopa de 2002.
Duishebáev, en el centro, sonríe tras ganar la Recopa de 2002.ASSOCIATED PRESS

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