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Orden de prisión para el acusado del crimen de Costa Polvoranca

Fuertes, que estuvo 49 días en busca y captura, dice que es inocente

El Tribunal Superior de Justicia acordó ayer la prisión de José David Fuertes Sánchez, único acusado de la muerte del joven angoleño Ndombele Augusto Domingos en 2002 en el polígono de copas Costa Polvoranca de Alcorcón. Fuertes ha estado 49 días en busca y captura, hasta que el pasado jueves decidió entregarse. La Audiencia Provincial debe celebrar un nuevo juicio, ya que el Tribunal Superior anuló la sentencia absolutoria dictada tras el veredicto de no culpabilidad de un jurado popular.

Durante la vista celebrada ayer, el fiscal y las acusaciones popular y particular solicitaron el ingreso en prisión del acusado, mientras que la defensa pidió la libertad y alegó que carece de medios económicos para mantener una fuga. Unas horas después, la Sala Civil y Penal dictó un auto en el que ordenó el ingreso en prisión preventiva de Fuertes, justificando esta medida en la gravedad del hecho que se le imputa, la alarma social generada en torno al caso y la posibilidad de que el acusado vuelva a sustraerse a la acción de la justicia, como ya lo hizo una vez.

El tribunal ordenó el 17 de febrero la busca y captura del acusado por la muerte del joven angoleño Ndombele Augusto Domingos. Ese día, Fuertes tenía que haberse presentado ante los jueces, que iban a decidir si el joven debía ingresar en prisión tras haber sido acordada la repetición del juicio. Pero el reo no se presentó. Durante la comparecencia de ayer, la defensa solicitó su libertad y justificó la ausencia ese día de su cliente en que no sabía que le estaban buscando. Además, alegó que no va a fugarse porque carece de recursos económicos, ya que lleva dos años sin trabajar (el tiempo que permaneció en prisión preventiva).

Al llegar al tribunal, procedente de la prisión de Soto del Real, el acusado aseguró que es inocente y que no tiene "nada que temer". Con la cara tapada por un jersey, Fuertes gritó a los periodistas: "¡Esto es una injusticia!". Dentro de la sala afirmó que está dispuesto a presentarse en un juzgado todos los días y que merece la libertad hasta la celebración del nuevo juicio. Cuando era conducido al furgón policial, los padres del joven angoleño muerto se abalanzaron sobre Fuertes gritando: "¡Asesino, voy a matarte!".

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