'Sprint' de aperitivo para la última etapa

A un lado de la calzada, Di Luca y Perdiguero se contorsionaban para dirimir al sprint el triunfo de la cuarta etapa de la Vuelta al País Vasco, con llegada en Alsasua. Sus equipos, Liquigas y Phonak, se habían desgañitado para anular las escapadas del día. Rostros de sufrimiento, piernas contraídas. Por el centro, elegante, solitario, Alejandro Valverde. A la salida de una peligrosa curva, a 250 metros de meta, el murciano veía salir disparados a Di Luca y Perdiguero. Pero el ciclista del Illes Balears no se inquietó. Avanzó y, con enorme facilidad, rebasó al resto, mientras que sus dos rivales miraban al suelo. Al final, a Valverde incluso le sobraron metros para levantar los brazos. En la cara de Di Luca y Perdiguero, sufrimiento y cansancio. En la de Valverde, entusiasmo y victoria.

El corredor de Eusebio Unzué remataba así, con su segunda victoria en la carrera, el trabajo que el Illes Balears había realizado en la etapa. En realidad, se trataba de vigilar que el maillot amarillo de Aitor Osa no sufriera riesgos y, si aparecía la oportunidad para Valverde, el ciclista más polivalente del pelotón español, aprovecharla. Y se lograron los dos objetivos. "Estamos muy satisfechos. Cuando Valverde se presenta en un final con opciones, tiene un alto índice de probabilidades", indicó el director del Illes Balears. Así, todo es más fácil.

La etapa, al menos, sirvió para comprobar que los equipos con invitación -Relax, Comunidad Valenciana y Kaiku- han aportado a la carrera más seriedad y energía que algunos de los componen el exclusivo circuito ProTour. Dos de los múltiples corredores que intentaron ayer la fuga, Andoni Aranaga (Kaiku) y David Latasa (Comunidad Valenciana), encabezan la clasificación de la montaña, mientras que otros, como Julich o Heras, permanecen agazapados, pero aún con opciones.

En realidad, todo queda a expensas de hoy, donde el último día de competición se divide en dos sectores. Por la manaña, los ciclistas afrontarán 93 kilómetros entre Alsasua y Oñati, con los pasos de Aztiria y Asentzio, ambos de segunda categoría, y la llegada en alto en el Santuario, también de segunda. Los escaladores buscarán su oportunidad.

Por la tarde, contrarreloj en Oñati, con 9,3 kilómetros, con un perfil demasiado suave como para que el líder, Aitor Osa, pueda pensar en retener el maillot. Es, parece, un día adecuado para Di Luca, Rebellin, Cunego, Mencho o incluso Michael Rogers, un especialista contra el crono.

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