El espíritu americano de Wim Wenders
El cineasta estrena 'Tierra de abundancia', su filme más político, inspirado en las heridas del 11-S
Allí donde va, Wim Wenders insiste en que Tierra de abundancia, que hoy se estrena en España, es su película más política. El título (Land of plenty) lo toma de una canción de Leonard Cohen, "una canción", explica el cineasta, "que es un poema sobre la pérdida de espiritualidad y compasión de Estados Unidos. Cohen no sólo nos cedió el título y la canción para la película, sino que además compuso un nuevo tema para el filme. Es un hombre extremadamente generoso". Rodada durante 16 días en el downtown de Los Ángeles y con un viaje final a la zona cero de Nueva York, la película narra el reencuentro de un ex marine y veterano de Vietnam -enloquecido y obsesionado con la vigilancia antiterrorista tras el 11-S- y su sobrina, una joven idealista que regresa a Estados Unidos tras vivir en Israel.
Wenders (Düsseldorf, Alemania, 1945) presentó ayer Tierra de abundancia en Madrid. Con zapatos (deportivos) de colores diferentes, una chaqueta de espiguilla multicolor, fumando puritos cubanos y con una cámara de fotos diminuta en el bolsillo, Wenders (que entiende bien el castellano) responde en inglés a las preguntas. Desde hace ocho años, vive en Los Ángeles, aunque asegura que pasa la mitad del año en Berlín. Ahora, explica, se mudará a Nueva York. "Rodé esta película en el verano de 2003, había entonces una guerra que muchos condenaron, Francia, Alemania, el Papa... no era fácil ser europeo en Estados Unidos. Mi película, sin embargo, no ha pretendido analizar una situación política, sino reflejar un clima sociológico determinado, un clima de miedo, paranoia e ignorancia que la Administración de Bush ha contribuido a crear y fomentar. Creo que el 11-S constituyó una oportunidad histórica para que Estados Unidos cambiara su política internacional. Pero su opción fue la de la venganza y para ello extendieron la sensación de miedo entre su población. La Administración utilizó el 11-S para justificar su agenda. Es en este clima de miedo e ignorancia en el que aterriza la heroína de mi película: Lana".
Decadencia
Interpretada por la actriz Michelle Williams y el actor John Diehl, la película presenta a un país ciego y paranoico (representado por el ex soldado) frente a otro idealista y dispuesto a cambiar ese rumbo (la joven Lana): "Hay millones de Lanas, yo conozco a muchas. Hay toda una generación joven que cree en otros principios. Lana está inspirada en jóvenes que yo he conocido; de hecho, mi equipo de rodaje estaba formado por gente como ella".
Para el director, el downtown de Los Ángeles representa la decadencia norteamericana, la otra cara de un paisaje opulento. Descubrió la miserias de la ciudad cuando rodó The million dollar hotel, la película escrita por Bono, y desde entonces pensó en convertirlo en escenario de su nueva historia americana.
"Esta película sólo tenía una condición básica: había que hacerla con muy poco dinero. Hoy, cuanto más dinero tienes, menos puedes decir. Nosotros, a cambio de no tener nada, podíamos decir lo que nos daba la gana. Rodamos en tecnología digital, lo que nos permitió ser más rápidos, más íntimos. Eso te obliga a trabajar desde el estómago, ser muy visceral. Elegí un equipo muy joven porque conocen bien la tecnología digital, viven con ella. He realizado algunos documentales en digital pero ésta es mi primera película de ficción en ese formato. Así que elegí un director de fotografía, un montador y un director artístico que nunca habían hecho ficción, eran los únicos capaces de aceptar un proyecto imposible y rodarlo en 16 días. Una locura".
Wenders presentará en el próximo festival de Cannes su nuevo filme, Don't came knocking, escrito con Sam Shepard (autor del guión de París, Texas) e interpretado, entre otros, por el propio Shepard, Jessica Lange, Tim Roth, Sara Polley, Eva Maria Saint y George Kennedy. "Es la historia de una familia disfuncional, una tragicomedia, una road-movie, un western contemporáneo".
Aunque Wenders asegura que nunca escribe sobre lo que no le gusta, hace unos meses rompió la regla para publicar en el semanario alemán Die Zeit una crítica negativa de la película alemana El hundimiento. "Tuve mucho resentimiento hacia aquella película", dice. "Creo que es un filme sensacionalista, que convierte el final del régimen nazi en un drama personal en el que no se habla de los millones de muertos. Convierte un momento histórico gravísimo en un culebrón. Creo que se trata por ello de una película peligrosa. Respeto profundamente a Bruno Ganz, que es uno de mis actores favoritos, pero no podía callar mis críticas a la película". Al preguntarle por la polémica elipsis de El hundimiento, que omite al espectador la muerte de Hitler, el cineasta afirma: "Evidentemente, esa elipsis, que no utiliza para la muerte de otros, responde a una mitificación, tanto de Hitler como de Goebbels".
Coincidiendo con el estreno de Tierra de abundancia, el Círculo de Bellas Artes de Madrid proyecta desde hoy y hasta el domingo un ciclo que incluye Lisboa story (1994) y Movimiento falso (1975).
Babelia
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