Urbanismo salvaje en la sierra
Con una mezcla de incredulidad y profunda preocupación leí la noticia sobre los proyectos de "fundación" de un nuevo pueblo que apadrina el Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial (EL PAÍS, 3-4-2005). Los argumentos en defensa de su megalómano plan urbanístico son difíciles de entender.
Sus portavoces hablan de crear más vivienda porque los jóvenes del municipio quieren seguir en él, cuando el suelo donde pretenden construir está a 12 kilómetros, por carretera, del citado pueblo y literalmente al lado del casco urbano de Collado Villalba. Aunque no estarían empadronados en este último municipio, los hipotéticos residentes en el nuevo "pueblo" serían, de hecho, vecinos de este último municipio.
Todo el mundo sabe que el crecimiento vegetativo de los municipios de la sierra es pequeño y que las nuevas viviendas que se construyen en ellos son ocupadas principalmente por personas sin raíces en la comarca, que trabajan en la capital, lo que está transformando las poblaciones citadas en ciudades dormitorio y provocando los conocidos atascos en la autopista de acceso a Madrid.
Dicen estar preocupados, los gestores municipales de San Lorenzo, por la urbanización de la falda del monte de Abantos, ahora que la han urbanizado casi en su totalidad. No quieren construir más en ese sitio, donde el terreno comienza a escasear, si a cambio se les autoriza a construir ¡siete mil viviendas! a 12 kilómetros del casco urbano.
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