Un duelo sin favorito

Los favoritos para la final de Liga universitaria norteamericana de baloncesto (03.00 de esta noche, Canal+ D2), Illinois y Carolina del Norte, no sufrieron en las semifinales y vencieron a Louisville (72-57) y Michigan State (87-71), respectivamente, que sólo les aguantaron la primera parte.

La dura defensa de Louisville pareció de juguete a manos de los tres bases de Illinois, Deron Williams, Dee Brown y Luther Head, que en el ataque movieron el balón a la perfección y en la defensa dejaron a la estrella del equipo que entrena Rick Pitino, Francisco García, en cuatro puntos.

Williams, el líder, el dominador, pertenece a la escuela de John Stockton: capaz de controlar un partido y aplicarle el ritmo que le dé la gana sin anotar un punto. Sin embargo, para que sus detractores se quedaran tranquilos, hizo un mate en los cuartos de final contra Arizona. Aun así, la prensa nunca le ha mostrado el respeto que se merece. Ni a él ni a Illinois, que se ha mantenido en el número uno del ránking desde diciembre a regañadientes.

Con Dee Brown, un pulpo en la defensa y espectacular en el ataque, y Luther Head, que parece que los partidos no van con él, pero siempre anota 20 puntos, los Fighting Illini solo perdieron el último partido de la temporada regular, quedándose sin el record de Indiana en 1976, el único campeón invicto. Por entonces, Indiana jugaba a las órdenes de Bobby Knight y con Scott May como líder.

El hijo de Scott, Sean May, nació y se crió en Bloomington, la casa de los Hoosiers, pero, en vez de seguir la estela de su padre, salió disparado en dirección a Chapel Hill, en Carolina del Norte, donde se vive el baloncesto con tanto fervor como en Indiana. Por ejemplo, las universidades de Carolina del Norte, Duke y Wake Forest se sitúan en sólo ocho kilómetros cuadrados, en una ruta denominada la carretera del tabaco, haciendo de los partidos entre ellos una de las mayores rivalidades deportivas en el país.

Después de dos temporadas frustrantes, el entrenador, Roy Williams, y las individualidades de Carolina del Norte parecen haber encontrado las piezas necesarias para que los Tar Heels regresen a un territorio que les es conocido. En su 16ª final four, Carolina del Norte no defraudó ante Michigan State, que dio la cara durante 20 minutos. No fue suficiente ante el intimidador Sean May, de 2,06 metros y 135 kilos, que acabó con 22 puntos.

Ante Illinois, no hay favorito claro, pero Carolina del Norte, sin duda, parte con ventaja en lo que a talento se refiere. A May se unen Raymond Felton, un base cuyo porcentaje de acierto en los tiros de tres es casi del 50%; el alero Rashad McCants, uno de los más fiables anotadores y el polivalente Jawad Williams. Por ultimo, el novato Marvin Williams ha aceptado su condición de sexto hombre cuando podría estar anotando 20 puntos por partido en cualquier otra universidad.

Illinois, que llega a la primera final de su historia, ha jugado el mejor baloncesto universitario que se recuerda en años. Sólo le queda superar la calidad individual de los Tar Heels.