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Reportaje:

La tristeza de las muñecas

El cierre de la histórica fábrica de Jesmar revela las dificultades del sector juguetero

Los propietarios de Jesmar confirmaron el jueves el cierre de la histórica fábrica de muñecas ubicada en la localidad alicantina de Biar. La empresa, establecida en 1946, llegó a fabricar dos millones y medio de muñecas al año, pero la competencia oriental y la complejidad del producto han desembocado en el cierre.

La importación de juguetes, sobre todo las procedentes de China, se ha duplicado en la última década y asendió a 750 millones de euros en 2003

Los fabricantes de juguetes de la Foya de Castalla, el valle que alberga las localidades de Ibi, Castalla, Onil o Biar, en el interior de Alicante, donde se concentra la mitad de la producción de la industria juguetera española, tienen larga experiencia en la amenaza oriental. Los juguetes made in China se ofrecen en los escaparates españoles desde hace 15 años.

"El peor momento se vivió hace una docena de años", recuerda Santiago Gisbert, director del instituto tecnológico del juguete, con sede en Ibi. Y, en conjunto, se puede decir que la competencia provocó una auténtica transformación de la industria de la comarca. Los moldes y matrices para inyección del plástico que antes producían camiones o triciclos sigue en marcha. Ahora se producen fregonas, cubos, alerones para la industria aeronáutica, parachoques para automóviles o piezas para aerogeneradores. "La inmensa mayoría de los emblemas de las marcas de coches se produce aquí", explica Gisbert.

Pero Jesús y María (Jesmar) se concentraron en la fabricación de muñecas desde que fundaron su empresa. Y para producir muñecas "no se utiliza maquinaria de inyección de plástico, sino técnicas de soplado", explica Fernando Casado, ingeniero industrial de origen vasco pero asentado en la Foya de Castalla desde hace dos décadas. "Antes había en el valle una fábrica que producía ojos para las muñecas", recuerda Casado, que describe la complejidad del producto: "Los brazos son de vinilo, el cuerpo puede de ser de inyección, los vestidos incluyen encajes y ojo con acertar el color que gusta a las niñas, el pelo requiere técnicas de cosido muy complejas... Fabricar muñecas es todo un arte". Y cuando ya están acabadas, hay que peinarlas.

Casado recuerda cómo grandes productores de muñecas alemanes o franceses han renunciado a mantener sus plantas en Europa. "Lo mismo que ha hecho Famosa, una de las grandes marcas españolas, que diseña aquí pero encarga la producción en Oriente", añade Casado.

Jesmar arrastra una suspensión de pagos desde 2000 y el cierre de la fábrica de Biar amenaza el empleo de un centenar de trabajadores. La técnica del soplado del plástico tiene varias aplicaciones, desde la producción de guantes de látex a embalajes, "pero no permite la amplia diversificación que tienen las máquinas de inyección", explica el industrial.

La importación de juguetes, sobre todo los procedentes de China, se ha duplicado en la última década y supuso una factura de 750 millones de euros en 2003. Sin embargo, el conjunto del sector sostiene un ligero crecimiento anual desde hace cinco años, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes. Los grandes juguetes tienen el futuro garantizado, pero una pesada tristeza embarga a las muñecas.

Los fabricantes de muñecas se han reconvertido hacia otros productos peor que otras jugueteras.
Los fabricantes de muñecas se han reconvertido hacia otros productos peor que otras jugueteras.MONICA TORRES

La inercia de cien años de trabajo

El primer documento que acredita la existencia de una fábrica de juguetes en la Foya de Castalla, un valle interior en la provincia de Alicante, tiene cien años. Los tres hermanos Payá, hojalateros en origen, transformaron en industria un pasatiempo, la reproducción en miniatura de vajillas y otros útiles domésticos que ofrecían junto a sus productos habituales.

"Cien años de trabajo, de diseño y de tradición industrial han dejado como poso un conocimiento compartido por patronos y operarios que es la gran riqueza de la comarca", subraya Fernando Casado, un ingeniero que acaba de ser designado responsable de la comisión de industria de la Cámara de Alicante.

Santiago Gisbert, director del instituto tecnológico del juguete, explica que el cierre de la planta que la multinacional MB Hasbro, en Valencia, en 2003, o la decisión de Famosa de contratar su producción fuera de España han tenido un gran impacto sobre "un sector que es pequeño". El anunciado cierre de Jesmar, una marca de notable tradición, es un golpe más.

Los juguetes pequeños, sobre los que no repercute el transporte, parecen condenados. Pero el diseño y la calidad siempre tienen salida al mercado. "Incluso en la China", sonríe Casado.

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