Entre la estética y la bibliofilia
Tan amplia y variada es hoy en nuestro país la oferta editorial en temas relacionados con el arte que resulta harto apurado incluso una mera relación de novedades. En todo caso, desde la perspectiva de lo traducido últimamente al castellano, y, haciendo mención selectiva de ello por materias, señalaré, en primer lugar, la reciente publicación de la que ya es la sexta edición de la Historia mundial del arte (Akal), de Hugh Honour y John Fleming, obra monumental con 957 páginas y centenares de ilustraciones, que ha tenido el mérito de ir actualizándose desde su aparición en 1982, no sólo con nuevos datos, sino también desde un punto de vista ideológico, tratando, por ejemplo, con énfasis el tema del género y lo que se llama una concepción "post-colonial" del arte, así como las nuevas consideraciones metodológicas influidas por la antropología cultural, de manera que, sin desmentir su naturaleza de manual, esta historia universal del arte está, como quien dice, "puesta al día".
Por otra parte, la revolución que, desde hace años, ha supuesto editar obras sobre arte, de una ambición, tamaño y lujo de coste elevado, pero a asequibles, gracias a un tiraje internacional masivo, nos sigue deparando sorpresas, como el Leonardo da Vinci, de Franz Zöllner, o la reedición facsimilar de La completa colección de las Antigüedades del Gabinete de Sir William Hamilton, de Pierre-François Hugues d'Harcanville, que, editadas ambas por Taschen, de Colonia, son dos auténticas joyas de bibliofilia, pero cuya adquisición no está vedada al gran público. Algo parecido se puede afirmar del sofisticado estudio de Stanislas Klossowski de Rola El juego áureo (Siruela), donde se catalogan y estudian los principales tratados de emblemas alquímicos del XVII, naturalmente, también en este caso, con profusión de ilustraciones esmeradas.
En el terreno de las monografías sobre grandes artistas, hay que destacar la reciente traducción del Goya (Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores), del célebre crítico australiano Robert Hughes, que nos aporta una fresca visión foránea del genio español, con pretensiones más ensayísticas que eruditas, y, sobre todo, escrito con una prosa vivaz y sugestiva, que cautivará al lector no especialista.
Coinciden asimismo tres autobiografías de importantes creadores del siglo XX: Mi vida, de Marc Chagall, y La huida del tiempo (un diario) con el primer manifiesto dadaísta, de Hugo Ball, ambas publicadas por la editorial Acantilado, y El gabinete de curiosidades. Autobiografía, de Alfred Kubin, que ha salido con el sello de Maldoror Ediciones, tres obras testimoniales de notables protagonistas de la llamada vanguardia histórica.
Por último, en un terreno tan polémico como el del arte actual, no pueden pasarse por alto los ensayos sobre estética y arte, como los de Hal Foster, Diseño y delito (Akal); de Boris Groys, Sobre lo nuevo. Ensayo de una economía cultural (Pre-Textos), o de Michael Fried, Arte y objetualidad. Ensayos y reseñas (La Balsa de la Medusa), aportando los tres visiones críticas del arte más reciente. En otro plano más sistemático, también merece destacarse, dentro de la colección Léxico de Estética, la aparición del volumen de Mario Pezzella, Estética del cine (La Balsa de la Medusa), donde, sin renunciar al análisis conceptual en profundidad de este nuevo medio, se aportan muchas y muy necesarias precisiones de naturaleza sociológica, insoslayable en un arte tan marcado por su dimensión industrial. Por lo demás, es obvio que este muestrario de la actualidad editorial española sobre arte es sólo indicativo, y que, por tanto, ha de tomarse a título de ejemplo de un mercado hoy sobremanera pujante.
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