El PP se queda solo otra vez en su rechazo a que las autonomías se llamen "comunidad nacional"

El Partido Popular se quedó ayer una vez más solo en el Parlamento y esta vez en el debate de una proposición no de ley en la que rechazaba que en las reformas de los Estatutos se introduzcan términos como comunidad histórica o nacional. El portavoz socialista, Manuel Gracia, acusó al PP de "romper el consenso de mínimos" alcanzado en el pleno celebrado el pasado 10 de febrero en el que todos los grupos defendieron que las modificaciones estatutarias no podían implicar ni privilegios ni desigualdades.

El PSOE podía haber pedido votación separada de algunos puntos de la iniciativa y apoyarlos, como el que defendía que las reformas "no pueden ser utilizadas como instrumentos para una modificación del texto constitucional". También la pudo enmendar, pero entendió que el PP perseguía de manera "oportunista" sacar una posición de ventaja y decidió rechazarla en su conjunto. "No vamos a hacerle el juego al PP", afirmó un dirigente. IU y PA también votaron en contra por considerar que la proposición era "involucionista", "reaccionaria e irreal".

Según Sanz, la definición de comunidad nacional "desde el punto de vista lingüístico, sólo se puede aplicar a España" y de utilizarlo las autonomías, éstas acabarían subiendo sus banderas en el edificio de Naciones Unidas en Nueva York. También aseveró que ese término "choca con el ordenamiento jurídico" y acusó a los socialistas y singularmente a Chaves de cambiar de opinión sobre este asunto, de quien dijo mantenía "un doble lenguaje".

No obstante, la posición del presidente ha sido la misma. Chaves se opone radicalmente a que en el artículo 2 de la Constitución, que hace referencia a las nacionalidades y regiones, se añadan otros adjetivos a las comunidades autónomas y defiende que en los Estatutos cada una se defina como considere oportuno. El comité director del PSOE, el máximo órgano entre congresos, avaló el pasado lunes en una resolución esta afirmación de Chaves, así como su rechazo a que se fijen el sistema de financiación de manera unilateral en los Estatutos y los privilegios y desigualdades. Sanz interpretó este texto como "un cambio de posición".

Tras escuchar al popular, Manuel Gracia mostró sus dudas acerca de la posición que mantendrá el PP en la comisión de desarrollo estatuario, que en breve empezará a trabajar en un nuevo borrador, y se preguntó si irá con una posición constructiva o, por el contrario, "pondrá como requisito para el acuerdo algo que sabe que no goza de la unanimidad".