Bricolaje

El pasado día 21 compré en un centro de bricolaje que hay en Majadahonda una mampara de cristal para la bañera. Cristal de seguridad, me dijeron. La instalación fue correcta y de hecho no tuvimos ningún problema hasta el día de ayer, cuando mi mujer se encontraba bañando a mi hija de cuatro años y la mampara estalló en mil pedazos. Ante los gritos de mi familia, corrí como un poseso y encontré a la niña y su madre cubiertas de cristales, y con cortes en manos, piernas y brazos. Gracias a Dios, nada grave.

Rápidamente me dirigí al centro, y tratando de conservar la calma les exigí la devolución del importe (126 euros) o bien una mampara nueva. Me contestaron que lo que había pasado era que la niña habría dado un golpe. ¿Un golpe?, ¿cristal de seguridad? Yo insistí en que la niña se baña con un patito de goma y no con una maza, y qué clase de cristal de seguridad no aguanta un golpe de una niña de cuatro años, suponiendo que mi hija hubiese dado dicho golpe. Les dije que lo más seguro es que la mampara tuviese un defecto, pero el dependiente no hacía más que culpar al "tremendo golpe" que mi hija había asestado en el cristal.