Primera condena penal en Rusia contra un jefe de la petrolera
El ex responsable de seguridad de la empresa, sentenciado a 20 años de cárcel por asesinato
Un tribunal de Moscú condenó ayer a 20 años de prisión al ex jefe de seguridad de la petrolera Yukos, Alexéi Pichuguin, tras declararlo culpable de organizar un doble asesinato en 2002, así como de haber perpetrado otro en 1998. El fiscal del caso, Kamil Kasháyev, que había solicitado la cadena perpetua, no excluyó ayer presentar nuevas acusaciones contra el reo y trató de vincular a otros dirigentes de Yukos con las supuestas actividades criminales del condenado.
La sentencia penal de ayer es la primera en su género que dictan los jueces rusos en los procesos en curso contra los antiguos dirigentes del imperio Yukos. Esta empresa, o lo que queda de ella tras la truculenta subasta de Yuganskneftegas, su principal filial productora, afronta además una lluvia de reclamaciones fiscales que van camino de destruir totalmente la obra de Mijaíl Jodorkovski. Este magnate, que llegó a ser el hombre más rico de Rusia, fue detenido en octubre de 2003 y está siendo juzgado en otro tribunal de Moscú.
Los cargos que se le imputan a Jodorkovski no tienen nada que ver con las acusaciones formuladas contra Pichuguin, sino que están relacionados con la privatización en 1994 de la empresa de fosfatos Apatiti, en la península de Kola. El fundador de Yukos está acusado de estafas y evasiones de impuestos, y el fiscal ha solicitado esta semana una pena de 10 años para él y otra semejante para Platón Lebedev, su colaborador y compañero en el banquillo de los acusados.
Pichuguin, que había sido arrestado en julio de 2003, fue considerado culpable de organizar el asesinato de los esposos Serguéi y Olga Gorin en la ciudad rusa de Tambov en 2002, y también de haber organizado en 1998 un atentado contra Olga Kostina, una funcionaria de la alcaldía de Moscú que había trabajado antes como ayudante de Jodorkovski.
El ex jefe de Seguridad de Yukos es oriundo de Tambov y procedía de los órganos de seguridad del Estado. Su proceso ha transcurrido a puerta cerrada en presencia de un jurado de 12 miembros que, unánimemente, consideraron culpable al reo y rechazaron todas las circunstancias atenuantes. La defensa de Pichuguin piensa recurrir contra la sentencia judicial por considerarla basada en circunstancias políticas y también en pruebas de cargo poco convincentes, tales como los testimonios de los miembros de una banda de Tambov, que cumplen sentencias a cadena perpetua por una cadena de crueles asesinatos.
La fiscalía implica en el caso de Pichuguin a Leonid Nevzlin, un estrecho colaborador de Mijaíl Jodorkovski, que se dio a la fuga y que se encuentra ahora en Israel. Según la versión que ha llevado a la condena de Pichuguin, Nevzlin y el responsable de seguridad de Yukos habrían organizado el asesinato de Kóstina porque ésta perjudicaba los intereses de la petrolera. Kóstina salió ilesa de la explosión de una bomba colocada junto a su domicilio.
Los esposos Gorin, amigos personales de Pichuguin, fueron secuestrados en su casa de Tambov por unos enmascarados que encerraron primero a sus hijos en el baño. Sus cadáveres nunca han aparecido. Según la versión fiscal, Serguéi Gorín habría intentado chantajear a los dirigentes de Yukos, tras ayudar a Pichuguin a organizar encargos delictivos, cuya ejecución corría a cargo de un grupo de delincuentes de Tambov.
"La posición de la fiscalía se basa sobre todo en los testimonios de una banda criminal", dijo ayer el abogado de Pichuguin, Georgui Kagáner, señalando que uno de los principales testigos de cargo es un delincuente condenado a cadena perpetua. El fiscal, Kamil Kasháyev, manifestó ayer que en las declaraciones de los testigos "había sonado el nombre de Jodorkovski". Poco antes de su muerte, Serguéi Gorin "había visitado al padre de Jodorkovski", y "durante la conversación, que duró una hora y media, informó al padre del ex jefe de Yukos sobre los asesinatos realizados por encargo, y le dijo que, si la dirección de la empresa no cumplía su palabra, se vería obligado a hablar sobre los encargos que había realizado", dijo Kasháyev.
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