Mediadores de alquiler
Una agencia municipal pone en contacto a inquilinos con propietarios de pisos y hace de intermediaria toda la vida del contrato
La buhardilla que Eva María Villanueva tiene en el barrio de las Letras no le había traído hasta ahora más que complicaciones. La última vez que la alquiló, sus inquilinos no sólo destrozaron el apartamento, de unos 35 metros cuadrados, y también sus muebles, sino que tuvo que ir a juicio por impago, hasta que consiguió que el juez ordenara el desahucio.
Por eso, cuando habla de lo que le ha supuesto alquilar la buhardilla a través de la Agencia Municipal del Alquiler -que depende de la Empresa Municipal de la Vivienda-, define el cambio con una frase: "Esto me da tranquilidad".
Como ella, más de 1.000 propietarios de pisos de alquiler en la capital han acudido a los servicios de la agencia, cuya función principal es la de hacer de intermediaria entre menores de 35 años que quieran alquilar y propietarios de viviendas vacías. "Nosotros garantizamos que las viviendas estén en perfecto estado y también mediamos durante toda la vida del alquiler, ateniéndonos a la ley", explica Victoria Palacios desde la agencia.
Eso supone que supervisan el contrato que firmen inquilino y propietario (incluso llegan a elaborarlo), hasta el punto que se utilizan las dos sedes de la agencia para que se firme allí. Hasta ahora disponen de una en el distrito de Centro, en la calle de Hortaleza, 11, y otra en el de Hortaleza, en la calle Carril del Conde, 57.
Otra de las ventajas, como apunta Villanueva, es que "si hay algún problema, la Agencia Municipal se hace cargo". Eso incluye también el contenido, pues antes de poner el piso en alquiler, la agencia hace un inventario de los objetos y muebles que hay en la vivienda. "Hacemos fotografías de todo y se adjuntan al contrato, para saber también su estado al principio del alquiler y poder hacer un seguimiento de su conservación", añade Palacios.
Pero quizás lo que más interesa a los propietarios es que, si se solicita, ellos se encargan de todas las gestiones. "Les di las llaves y puse como único requisito que el contrato fuera legal. Ellos se encargaron de enseñar el piso y, cuando encontraron una persona interesada, me llamaron y ya quedamos para conocernos", cuenta Villanueva. "No tengo tiempo para nada y eso me ha facilitado mucho las cosas".
"Hay también un porcentaje muy elevado de propietarios mayores que no alquilaban sus casas por miedo a los problemas, o porque no podían hacer las gestiones. Esto ayuda a que saquen sus pisos al mercado", apunta Palacios. Porque la agencia hace también de mediadora cuando se producen conflictos. "Los problemas más comunes son desencuentros porque se ha estropeado la caldera o porque está roto el colchón. Que haya un órgano neutral que explique a quien corresponde una u otra cosa, ahorra muchas disputas", prosigue Palacios. Y, sobre todo, da garantías a los usuarios del sistema.
Hasta ahora han conseguido alojar a unas 1.300 personas, según datos de la Empresa Municipal de la Vivienda. "También ponemos en contacto a personas que busquen compañeros para compartir piso", dice Palacios.
La inquilina de la buhardilla de Villanueva es Juliana Herrero, que llevaba seis años compartiendo piso, pues los precios del mercado le impedían vivir sola. Un día, paseando por la calle, descubrió la agencia y entró a dejar sus datos. Tuvo que rellenar una ficha, donde además explicó la zona donde quería vivir, el tipo de piso que buscaba e informar de su salario bruto anual. Ese mismo día estaba disponible la buhardilla. "Me la enseñaron y quedé al día siguiente con la propietaria". A ella también le dio seguridad que el Ayuntamiento garantizara su contrato.
Para inscribirse, los inquilinos deben aportar su documento nacional de identidad (DNI) y su nómina. "A los estudiantes y quienes no tienen contrato fijo les pedimos avales", explica Palacios. Pero eso no significa que excluyan al resto: "Lo vemos caso por caso. Por ejemplo, nosotros consideramos fijos a quienes tienen un contrato de más de un año, aunque no sea indefinido. Nos gusta la gestión personalizada, por eso es mejor que la gente venga y estudiemos su caso. Si eres autónomo, puede que tengas más solvencia y una vida laboral más estable que alguien con contrato indefinido. Hay que ver la situación de cada uno".
Reportaje fotográfico
A los propietarios, por su parte, les exigen las escrituras, además del DNI. Luego registran la casa en sus archivos informáticos y hacen un reportaje fotográfico de su interior. Muchos de los futuros inquilinos pueden así echar un vistazo a la casa en la propia agencia, y seleccionar sin tener que desplazarse hasta ella. Este sistema, continúa Victoria Palacios, ha permitido sacar muchas casas para alquilar en la capital, pero también proporcionar una primera vivienda a menores de 35 años que hasta ahora no habían podido tenerla.
Como Esther Fuentes y María Luisa Ruiz, dos amigas que comparten piso. "Es la primera vez que alquilo", cuenta la primera, una secretaria de 29 años. "Había estado mirando, pero hasta ahora no me convencía nada, porque tenía un tope de dinero, pero lo que me ofrecían no me convencía", explica. A través de Internet, hizo una preinscripción, y luego se acercó hasta la agencia. Ahora vive en un apartamento de unos 60 metros cuadrados, que le cuesta 630 euros al mes. "Está muy bien, porque está bastante nuevo, aunque tiene unos tres años y siempre ha estado en alquiler. Pero está recién pintado y no han puesto ni un cuadro. Está impoluto", dice.
Fuera de la capital, el Gobierno regional ofrece un servicio similar a través de la Bolsa de Vivienda Joven, orientado a personas de entre 19 y 30 años y con un coste un 30% inferior a los precios del mercado, que el año pasado cerró 2.300 arrendamientos. El sistema incluye un seguro multirriesgo y una póliza de garantía de cobro de rentas a favor de los arrendadores.
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