El PSOE reconoce una deuda con Cataluña pero le niega un modelo de financiación singular
La Generalitat cifra en más de 8.000 millones el déficit en sanidad e infraestructuras
La Administración central tiene una deuda con Cataluña fruto de una financiación insuficiente en las materias de sanidad y educación, cuando se efectuaron los traspasos de esas competencias. Y la pagará. Por primera vez se reconoce esta situación por parte de la dirección del PSOE, expresada por el responsable de organización y coordinación federal, José Blanco, aunque se precisa que esto no significa que Cataluña vaya a tener un modelo específico de financiación. El déficit histórico de Cataluña en sanidad e infraestructuras supera, según la Generalitat, los 8.000 millones de euros.
Aunque a Cataluña le pueda parecer insuficiente, supone una auténtica novedad que desde la dirección federal del PSOE se reconozca que "hay una deuda pendiente con Cataluña". Por primera vez un responsable socialista, José Blanco, en declaraciones a este periódico, afirma que, cuando se entre de lleno en la negociación sobre financiación autonómica, se partirá del reconocimiento de que Cataluña arrastra un déficit muy importante derivado de una escasa financiación en los traspasos de sanidad y educación.
"Tendrá que haber necesariamente una aportación económica singular y específica para que Cataluña pueda paliar su situación, de la misma manera que la hubo con Andalucía cuando se le reconoció su deuda, que no era histórica, sino fruto de un mal cálculo de su censo real", recuerda Blanco.
Según este esquema, por un lado, el Gobierno central, calcularía con el Ejecutivo catalán la cantidad que en justicia corresponde a Cataluña y, a partir de ahí, se discutiría dentro del Consejo de Política Fiscal y Financiera la financiación para todas las comunidades autónomas.
En la dirección del PSOE se asegura que esto no va a cambiar y que dentro de los tres modelos posibles -financiación por cupo, relación bilateral y régimen común- no hay previsión alguna de pasar a Cataluña al primero o al segundo. La situación actual arroja el dato objetivo de que Cataluña recibe per cápita menos dinero que otras comunidades autónomas. Y se viene arrastrando un cálculo muy bajo porque cuando se hicieron los traspasos el sector privado en educación e incluso en sanidad era muy alto en esa nacionalidad histórica, aclara el responsable de Política Autonómica del PSOE, Alfonso Perales.
En la dirección socialista se insiste, por tanto, en que el modelo en el que trabaja el vicepresidente económico, Pedro Solbes, no aborda diferencias "de modelo", sino que se tiene en cuenta "la suficiencia financiera y la solidaridad" para todas las autonomías.
Las principales fuentes del déficit que arrastra Cataluña son la sanidad, las infraestructuras y la educación, en total más de 11.200 millones según distintas estimaciones. En el caso de la sanidad, la Generalitat ha calculado que el déficit alcanza los 3.000 millones, cifra que se ha incrementado en cerca de 600 millones anuales en los últimos ejercicios. La cifra ha aumentado especialmente coincidiendo con la llegada de inmigrantes, que durante años no constan en el censo pero sí obtienen la tarjeta sanitaria. El último censo de Cataluña, de 2001, arrojó la cifra de 6.343.110 habitantes, pero sus centros de salud atienden a un público potencial de 7,3 millones de personas, que son las que poseen una tarjeta sanitaria individual.
Para evaluar el déficit de infraestructuras, la Generalitat hizo suyos los cálculos del servicio de estudios de la Cámara de Comercio de Barcelona, que lo cifró en 5.823 millones de euros en el periodo comprendido entre 1991 y 2004. El pacto del Tinell, que permitió la formación del Gobierno tripartito en diciembre de 2003, establece que la inversión del Estado en Cataluña en materia de infraestructuras debe fijarse "con tendencia a equipararse al porcentaje del Producto Interior Bruto teniendo en cuenta la compensación apropiada por los déficits acumulados". Los presupuestos del ministerio de Fomento para este año destinan a Cataluña el 19,1% de la inversión total, cuatro décimas por encima de la aportación de Cataluña al PIB español.
La tercera gran fuente de déficit, la educación, ha sido cifrada por la misma cámara de comercio en 2.400 millones. El gasto público por estudiante de Cataluña fue de 2.800 euros en 2002, según datos proporcionados por la Cámara, frente a los 3.200 euros de la media española.
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