El partido de Rajoy ha lanzado múltiples teorías sobre los implicados
Desde la vinculación de ETA con el 11-M hasta la implicación en la trama de Rafael Vera, ex secretario de Estado de Seguridad con el PSOE, el PP y su entorno han lanzado en los últimos meses múltiples teorías sobre la matanza terrorista de Madrid que no han llegado a demostrar. Siempre con la misma técnica que ayer utilizó su portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana. "Nosotros no cuestionamos nada ni a nadie, sólo exigimos información", dijo como colofón a sus insinuaciones. El PP lanza preguntas, dudas, posibilidades. No dice que sean ciertas, sólo pide que se investiguen. Y con ello genera la duda, que siempre concluye con la misma pregunta: "¿Qué quiere ocultar el Gobierno?".
Primero se lanzó la teoría de la participación de ETA, esa "autoría intelectual" de la que habló el ex presidente José María Aznar ante la comisión del 11-M, y que resumió con la idea de que al cerebro de estos atentados no hay que buscarlo "ni en desiertos lejanos o montañas remotas". "Hubo esa planificación y hubo quien la aprovechó y se sabrá", insistió Aznar. Después de un año de pesquisas, y casi 80 presuntos inculpados, ni la policía, ni la fiscal, ni el juez han encontrado ninguna vinculación de ETA con el 11-M.
El PP, que lidera Mariano Rajoy, y su entorno también manejaron la teoría de que detrás de la llamada trama asturiana, la que facilitó los explosivos a los terroristas, podían estar antiguos cargos socialistas de la seguridad del Estado, y en concreto Vera. Se le vinculó con los confidentes asturianos. El propio Zaplana, que ahora insinúa que el militante socialista de base Fernando Huarte, supuesto colaborador del CNI, sería la fuente que dio "información privilegiada" al PSOE en aquellas primeras horas tras el atentado, sostuvo en el Congreso, durante la comparecencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que la fuente informante de los socialistas era el propio Vera. Esa idea parecen abandonarla ahora ante la aparición de Huarte.
ETA, Marruecos, Francia...
El secretario general del Grupo Socialista, Diego López Garrido, utilizó ayer estas distintas líneas argumentales del PP para descalificar sus peticiones. "Primero apuntaron hacia ETA; después fue el turno de dirigirse hacia los servicios secretos marroquíes; después al servicio secreto francés, y ahora, el Centro Nacional de Inteligencia en España: todo para eludir su responsabilidad; ¡qué disparate!", exclamó López Garrido.
Casi al mismo tiempo que hablaba López Garrido en el Congreso, uno de los comisionados del PP, el navarro Jaime Ignacio del Burgo, lanzaba una serie de posibilidades para intentar relacionar a Huarte con cabecillas de la trama asturiana. En declaraciones a Europa Press, Del Burgo señaló que sería "curioso" que Huarte conociera a los imputados Antonio y Carmen Toro y a Emilio Suárez Trashorras. También se hizo eco de "algunos rumores" que sitúan a Huarte en Irak, actuando "como escudo humano" en las protestas que hubo antes de la guerra.
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