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Comienza el derribo de tres edificios del barrio del Carmel de Barcelona

La demolición se realiza manualmente por motivos de seguridad y durará más de un mes

Clara Blanchar

Un grupo de operarios especializados comenzó ayer las tareas de derribo de tres edificios del barrio del Carmel de Barcelona que resultaron gravemente dañados como consecuencia de los hundimientos en las obras de la línea 5 del metro. La demolición se realizará manualmente, casi ladrillo a ladrillo, para garantizar la seguridad de los bloques contiguos, cuyos pisos y locales han sido vaciados y apuntalados para que no corran peligro.

El número 6 de la calle Conca de Tremp y los números 6 y 8 del pasaje de Calafell son víctimas del segundo socavón que se produjo en el Carmel y que se descubrió cuando los técnicos se disponían a retirar los escombros del edificio que fue necesario derribar anteriormente. Ninguno de los cuatro inmuebles resistió los movimientos de tierra.

Sin embargo, a diferencia del primero de los derribos, que se realizó con una enorme pinza mecánica, esta vez la demolición se realizará a mano y con sumo cuidado. Se trata de evitar que cualquier movimiento o desprendimiento pueda dañar los edificios contiguos, que han sido apuntalados como medida de precaución. Por si fuera poco, los responsables del derribo descubrieron ayer que el estado de los bloques es "mucho peor" de lo que esperaban, en palabras del arquitecto que dirige la obra, Carles Buixadé. El técnico explicó que debido a este imprevisto será necesario "apuntalar la escalera del edificio"-el "núcleo rígido", precisó- para "garantizar la seguridad de las personas que trabajan en el derribo". A preguntas de los informadores, Buixadé añadió que el mal estado en el que se han encontrado los edificios a desmantelar no afectará a los contiguos, cuya seguridad está garantizada por los puntales que se colocaron la semana pasada.

Con todas estas circunstancias y precauciones, los trabajos se llevan a cabo muy lentamente. Ayer, la docena de operarios que trabajan en el dispositivo se dedicaron a reforzar las escaleras y a retirar antenas, telas asfálticas y placas de uralita de los pisos superiores y de los tejados. A continuación, se demolerán los pisos uno a uno. La necesidad de extremar las precauciones llevará incluso a elevar con una grúa el contenedor en el que se depositarán los cascotes. Con esta medida se quiere evitar el peligro que supondría un desprendimiento.

En total, los trabajos del derribo se prolongarán durante por lo menos un mes, cuando en otra delicada maniobra se procederá a retirar la montaña de cascotes de lo que fue el número 10 del pasaje de Calafell, que actualmente contribuye a sostener los tres edificios que se están desmantelando. El último paso, si todo sale según la previsión de la dirección de los trabajos, será limpiar los alrededores y allanar el terreno del hueco que dejarán estos tres edificios, más el que ya se derribó, a los que todavía hay que sumar el garaje y la vivienda unifamiliar que se tragó la tierra el 27 de enero.

Indignación de los vecinos

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Mientras, los vecinos de los tres edificios se mostraron ayer indignados porque se enteraron del inicio de la demolición a través de los medios de comunicación. "Claro que sabemos que van al suelo hace semanas, pero es una cuestión de formas, de educación. No sólo no se han dignado a avisarnos, sino que desde el viernes pasado cuando lo publicaron los periódicos hemos intentado contactar con el Secretario de Vivienda de la Generalitat y no ha habido manera", criticó Laura Alcampel, portavoz de los vecinos del número 6 de la calle Conca de Tremp.

Las 34 familias que se han quedado sin vivienda están pendientes de firmar con la Generalitat el convenio definitivo que fija las compensaciones que recibirán, así como las condiciones de realojo provisional en pisos puente y su reubicación definitiva en viviendas de nueva construcción o de promoción pública. Mientras, continúa la negociación entre la Asociación de Vecinos, abogados de unos 600 del millar de afectados y las administraciones sobre las compensaciones y las condiciones del retorno.

Tres operarios trabajan en el derribo manual de uno de los edificios.
Tres operarios trabajan en el derribo manual de uno de los edificios.CARLES RIBAS

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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