Saura exigirá hoy a Sevilla más respeto hacia la reforma estatutaria

El ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, y el consejero catalán de Relaciones Institucionales, Joan Saura, tratarán hoy de zanjar la crisis de confianza surgida entre el Gobierno central y la Generalitat por las últimas declaraciones de Sevilla en las que cuestionaba la viabilidad de los actuales procesos de reforma estatutaria.

Sevilla, que el pasado jueves advirtió de la posibilidad de que la mezcla de diferentes modelos territoriales en los estatutos desemboque en "un frankenstein" recibirá hoy a un Saura que le exigirá más respeto institucional y, sobre todo, más ambición para apoyar la reforma estatutaria que están consensuando todos los partidos catalanes.

La entrevista entre el ministro y el consejero se producirá casi diez días antes de lo que estaba previsto. El adelantamiento de la reunión y el súbito cambio de fecha responde, según explicó Joan Saura, a la "gran preocupación" del Gobierno catalán por el hecho de que el ministro de Administraciones Públicas pretenda dejar fuera del nuevo Estatuto cualquier nueva atribución competencial. Las competencias, sobre todo en materia de inmigración y nuevas tecnologías, y la financiación son, precisamente, el eje del Estatuto que se está negociando en Cataluña.

Los ánimos en el seno del Gobierno catalán están especialmente alterados desde que el ministro de Administraciones Públicas comenzó a cuestionar y a poner límites de forma unilateral al proceso de reforma estatutaria de Cataluña. Ya el pasado mes de junio, cuando apenas habían transcurrido dos meses de negociación, el ministro comenzó a mostrar resistencias a la cesión de nuevas competencias, sobre todo en el ámbito de inmigración.

Preocupación en el PSC

En diciembre, el Gobierno creó una comisión encabezada por Sevilla que debía poner "los límites" de las reformas a todas las comunidades. Éstos pasan, según trascendió hace un mes, por no hacer ningún cambio que implique modificar leyes orgánicas ni reformar el sistema de financiación. Ambas limitaciones chocan frontalmente con las aspiraciones de todos los partidos catalanes, por lo que el Ejecutivo de Pasqual Maragall no tardó ni 24 horas en desautorizar al ministro y recordarle que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió a aprobar el Estatuto que consensuara "por amplia mayoría" la Cámara catalana.

A pesar de que Sevilla ha reconocido que no será él sino Zapatero quien tenga la última palabra en el proceso de reforma estatutaria, los socialistas catalanes siguen intranquilos. Ayer mismo, su portavoz en el Parlamento autónomo, Miquel Iceta, afirmaba en su diario electrónico sentirse "personalmente preocupado por cómo retomar con rigor el proceso de elaboración y negociación del Estatuto, dentro y fuera de Cataluña, especialmente respecto a la financiación".