Renacimiento de los kurdos

Vencedores en la guerra, de la mano de Estados Unidos, y en las primeras elecciones celebradas tras la caída de Sadam Husein, los kurdos de Irak se han convertido en el centro de todas las miradas para el mayor pueblo sin Estado del planeta. El Kurdistán es un país sin geografía que, por ahora, sólo existe en los sueños de 30 millones de personas repartidas entre Turquía, Irán, Irak, Siria y algunas antiguas repúblicas soviéticas.

Como cada primavera, la fiesta del Newroz o Año Nuevo kurdo intenta redimir con fuego un sangriento pasado de dominación y aniquilación cultural. Dos escritoras intentan profundizar en la compleja identidad de este pueblo de las montañas.

En un valioso libro más de viajera que de antropóloga social, la periodista neoyorquina Christiane Bird -autora que ya ha recorrido en su obra el Irán de los ayatolás- se acerca al norte de Irak, donde los kurdos viven una independencia de hecho desde el fin de la guerra del Golfo, en 1991. Pero a pesar del explícito subtítulo de su traducción española, el viaje kurdo de Bird se extiende también a Irán, Turquía y Siria.

La riqueza de testimo-

nios recogidos sobre el terreno a lo largo de 2002, la profusión de fuentes documentales a pie de página no impide el reconocimiento de una pasión: "Desde el momento que llegué a Kurdistán, tuve la impresión de haber abandonado el mundo por la puerta de atrás y haber entrado en un reino de magia y tragedia". Su libro examina, según sus propias palabras, "una sociedad a menudo ignorada, que se ha visto sacudida cuando no devastada por algunos de los sucesos más catastróficos y de las políticas más trágicas".

Menos personal que Mil suspiros, mil rebeliones, pero más estructurado, Kurdistán: el país inexistente es un interesante manual de iniciación en el complejo mundo kurdo. Nazanín Amirian, iraní afincada en Barcelona que ha escrito en castellano obras sobre la cultura persa, describe con detalle la geografía kurda, donde las montañas y el agua definen una forma de ser, y su historia en los Estados donde ahora se agrupan como minorías. Amirian repasa también con método la lengua kurda y la religión, que funde el islam con el culto ancestral a Zoroastro: "El Newroz termina el decimotercer día de la primavera pues las leyendas cuentan que (...) el Zodiaco gobierna cada uno de los meses del año".

Es probable que cuando celebren con bailes y hogueras en los campos el fin de la fiesta del Año Nuevo, los kurdos saluden también con saltos sobre el fuego la llegada del veterano combatiente del Kurdistán, Yalal Talabani, a la presidencia de Irak.