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Columna
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El Ateneo

El Ateneo Mercantil celebró elecciones. Se presentaron dos candidaturas: la del actual presidente, José Manuel Botella, ex diputado del PP, y la encabezada por Dolores Ausina. El hasta ahora presidente no perdió el tiempo en analizar el programa que ofrecía la candidata Ausina y demostrar que el suyo era mejor para la entidad. Le bastó con afirmar que la lista oponente estaba formada por "rojos, feministas y catalanistas". ¡Mano de santo! Sólo con este sencillo y escueto mensaje, reducido a tres palabras, consiguió la numerosa asistencia de socios que acudieron a depositar su voto. Naturalmente, a favor suyo. "¿El Ateneo en manos de esta gentuza? ¡Eso sí que no! Si llegan a ganar, inmediatamente nos damos de baja". Esto escuché que le decía una señora a su marido que tomaron el autobús número 4, a la puerta del Ateneo, el pasado martes, a última hora de la tarde. El matrimonio, sin duda, venía de votar a Botella, con el fin de "salvar el Ateneo de la gentuza". ¡El grado de convicciones tan aberrantes que han llegado a colocar, en las mentes de determinados sectores de la sociedad capitalina, los políticos de la derecha con sus manipulaciones! Al candidato Botella, perfecto conocedor del clima reinante, le bastó servirles a los socios del Ateneo un cóctel bien batido, mezclando los ingredientes de "rojos y feministas" y añadiéndoles la guinda de "catalanistas", para alzarse con la victoria de más del 80% de los votantes. No necesitaba más razones. Aunque las tenía. Por ejemplo su buena gestión en sanear las cuentas de la entidad, según dicen. Pero no. Era más seguro recurrir al peligro que suponen los "rojos y compañía". Como hacía Franco. Es un truco que no falla. Lo que uno no entiende es que un grupo de "indeseables" como los de la otra candidatura, puedan ser socios del Ateneo y no hayan sido expulsados por el señor Botella, en ocho años de mandato. El Ateneo ha de estar formado, solamente, por "valencianos de bien". Como sin duda lo era el matrimonio que se subió al autobús número 4, el pasado martes. Ni rojos, ni catalanistas ni feministas. ¡Un poco de seriedad!

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