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Detenido el dueño de un circo por tener explotados a 14 inmigrantes

El dueño del circo Soley Paraíso, instalado en la avenida del Planetario, junto al Museo de Ángel Nieto, en el distrito de Arganzuela, fue detenido el pasado 10 de marzo por el Cuerpo Nacional de Policía, acusado de un delito contra los derechos de los trabajadores, según informó ayer la Dirección General de la Policía.

Jordan V. Jordanov., de 57 años, es de origen búlgaro, aunque tiene la nacionalidad española. En su circo tenía 14 empleados de diferentes nacionalidades (nueve de China, cuatro de Rumania y uno de Bulgaria), que carecían de permiso de residencia, vivían en condiciones muy precarias, hacinados en casetas y sin las condiciones higiénicas mínimas y, además, hacía tiempo que no recibían su sueldo.

Los trabajadores declararon a Efe que vivían en "condiciones infrahumanas", pues, aunque tenían duchas, no podían utilizarlas porque estaban muy sucias y no tenían "dinero ni para comprar jabón". Los 14 trabajadores fueron detenidos a la vez que su empleador, al no tener los papeles en regla, pero fueron puestos en libertad una vez tramitados los expedientes de expulsión.

Subidos a las grúas

La policía tuvo conocimiento de la situación que se vivía en el circo Soley Paraíso, cuando dos de los empleados se subieron a las enormes grúas que se utilizan para instalar la carpa, en protesta porque no percibían su salario, con la intención de permanecer allí hasta que el dueño del circo les pagara el dinero que les adeudaba desde hacía tiempo.

Alertados por la situación, los agentes de la comisaría de Arganzuela fueron hasta el lugar donde está instalado el circo, convencieron a los dos trabajadores para que desistieran de su protesta y los llevaron hasta su oficina.

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Después de que la policía tomara declaración a los empleados, agentes de la Brigada de Extranjería y Documentación inspeccionaron la carpa del circo y comprobaron la situación en la que vivían los trabajadores.

Los ciudadanos chinos eran artistas, que en las funciones del circo realizaban los espectáculos de malabarismo y equilibrismo. Llegaron a España el pasado enero, con un visado de un mes y, desde entonces, permanecían sin permiso de residencia ni de trabajo. El resto de los detenidos eran los encargados del montaje de la carpa y el mantenimiento del circo. El propietario del Circo Soley Paraíso les había embarcado en su empresa con la intención de que recorrieran todo el territorio nacional.

Los 14 empleados declararon a la policía, según la versión de ésta, que el dueño se aprovechaba de su indefensión, ya que no tenían otra posibilidad de sobrevivir y debían trabajar en condiciones muy duras a cambio de "sueldos miserables".

Por su parte, el propietario del circo aseguró que cuidaba de sus empleados, que sólo les debía una parte del sueldo, que no tenían por qué quejarse y que todo había sido un "malentendido".

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