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Gil-Robles, preocupado por los malos tratos en las prisiones catalanas

El comisario europeo de Derechos Humanos transmite su "inquietud" a Maragall y Benach

"Me inquieta mucho el problema de la violencia en las prisiones de Cataluña y la necesidad de averiguar hasta el final lo que pasó en Quatre Camins". Así de contundente se expresó ayer el comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Álvaro Gil-Robles, después de entrevistarse durante más de dos horas con representantes de asociaciones de juristas que le explicaron varios casos de malos tratos y torturas de los últimos años.

Los abogados que participaron en esa reunión explicaron que el comisario europeo de Derechos Humanos se mostró muy impresionado por el relato que estaba oyendo y del que se le entregó numerosa documentación. En concreto, 12 informes de sucesos ocurridos desde 2002 hasta ahora, principalmente en las prisiones catalanas, pero también en comisarías de varios cuerpos policiales o centros de internamiento de extranjeros y menores.

Con todo, lo que más le sorprendió a Gil-Robles fueron los episodios ocurridos en las prisiones, especialmente las presuntas palizas que recibieron 40 presos de la cárcel de Quatre Camins en la madrugada del 1 de mayo del año pasado, al finalizar un motín en el que fue herido de gravedad un subdirector.

Al finalizar esa reunión, Gil-Robles se entrevistó con el presidente del Parlament, Ernest Benach, y posteriormente con el de la Generalitat, Pasqual Maragall, y a ambos les expresó su "inquietud" por lo que calificó de "violencia en las prisiones" catalanas. La visita de Gil-Robles forma parte de una gira que está realizando para realizar un informe sobre la situación de los derechos humanos en España. En ese texto habrá un capítulo dedicado a Cataluña y un apartado específico sobre la situación en las cárceles. Entre la documentación recibida por Gil-Robles se incluye un informe sobre los funcionarios afiliados a UGT, el sindicato mayoritario, en el que se explica que algunos de ellos, cuando militaban en otras organizaciones, acudían a Estados Unidos a presenciar ejecuciones. También se recuerda el acoso verbal y las calumnias que han sufrido por parte de algunos funcionarios las abogadas Marisa Díaz y Carolina Rivas, que defienden a presos que han denunciado malos tratos.

Gil-Robles almorzó con el síndic de greuges, Rafael Ribó, y se entrevistó con los consejeros de Justicia y de Interior. También visitó una comisaría de los Mossos d'Esquadra y el Centro de Internamiento de extranjeros de la Verneda. La última visita, pactada con la Generalitat, fue a la cárcel de Brians, donde el comisario europeo había expresado su deseo de entrevistarse con los presos que sufrieron los presuntos malos tratos cuando estaban en Quatre Camins. Los abogados se negaron a facilitarles los nombres si no asistían ellos a las entrevistas porque, explicaron, no estaba garantizada su seguridad. Además, recomendaron al comisario que si quería conocer el estado de las cárceles catalanas, visitase la vetusta Modelo, en lugar de Brians, una prisión relativamente nueva y recién pintada. Gil-Robles prometió que volvería dentro de unas semanas para escuchar a los reclusos en presencia de sus abogados.

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