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Ricardo Blázquez promete decir "la verdad amablemente"

Ricardo Blázquez se esforzó ayer, en la primera rueda de prensa ofrecida tras su elección por sorpresa como presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), por resaltar los elementos de continuidad con su antecesor en el cargo, Antonio María Rouco, pero apuntó también un rasgo de estilo propio: "Quiero decir la verdad amablemente, con la confianza de que, de esta forma, se abren no solamente las puertas de la inteligencia, sino también las del corazón".

Ante un inusual despliegue de medios de comunicación, el obispo de Bilbao reiteró su disposición a normalizar las relaciones entre la Iglesia y el Gobierno, que han chirriado en los últimos meses, desde el respeto de la independencia y la autonomía respectivas. "Yo soy obispo, no soy político", proclamó Blázquez antes de despejar con eficacia y amabilidad eclesial todas las preguntas con carga política que se le plantearon a continuación. Sí contó que una de las primeras llamadas de felicitación recibidas el pasado martes fue la del presidente Zapatero -"que agradezco profundamente",- y dijo que espera mantener con él un primer encuentro después de Semana Santa. En este sentido, afirmó también su voluntad de abordar las "diversas cuestiones" pendientes con el Estado, incluida la financiación de la Iglesia. Tras ponderar el "tono de gran cordialidad" de la entrevista que a principios de este mes mantuvo el ex vicepresidente de la Conferencia Episcopal Fernando Sebastián con la vicepresidenta del Gobierno, Blázquez hizo votos porque ese clima continúe, "buscando las soluciones más razonables".

Tareas "compatibles"

El nuevo presidente de los obispos, que hoy sale hacia Roma en viaje de presentación ante el secretario de Estado del Vaticano, Ángelo Sodano, y otros altos cargos de la curia, admitió sentirse todavía "descolocado" por una responsabilidad que no ambicionaba. Pero fue firme al expresar su voluntad de simultanear el ejercicio de sus dos responsabilidades. "Es compatible ser presidente de la Conferencia Episcopal y obispo de Bilbao, así que, Dios mediante, lo haré", indicó tras recordar que en su día ya lo hicieron así los arzobispos de Oviedo y Zaragoza, Gabino Díaz Merchán y Elías Yanes. Consciente quizá de las dificultades que entrañaría su sustitución en una diócesis tan sensible como la de Bilbao, como él mismo comprobó a su llegada en 1995, tampoco quiso entrar en especulaciones sobre un posible ascenso a arzobispo que supondría su salida de Vizcaya.

En su comparecencia junto al obispo auxiliar, Carmelo Etxenagusia, exigió Blázquez que "desaparezca definitivamente el terrorismo" y manifestó su cercanía a "las víctimas y los amenazados". A la pregunta de si espera que con su nombramiento prospere la solicitada constitución de una provincia eclesiástica que abarque la archidiócesis de Pamplona y las tres del País Vasco, contestó con un "No lo sé", y recordó que el Vaticano tiene aparcado el asunto.

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