Airbus se distancia de Boeing

La misma semana en la que se producía la destitución de Harry Stonecipher, presidente del gigante norteamericano Boeing, su mayor competidor, la sociedad aeroespacial europea EADS, presentaba unos resultados récord en su quinto año de vida gracias al empuje de Airbus, su filial de aviones comerciales.

"Si la competición por el avión cisterna de EE UU se realiza sin tapujos, es imposible que no ganemos", señala Francisco Fernández Sáinz

El lunes, un año y tres meses después de sustituir a Phil Condit en la presidencia de Boeing, Harry Stonecipher fue destituido de manera fulminante por el consejo de administración tras descubrir que mantenía una relación sentimental con otra directiva de la compañía. Sin embargo, las razones expuestas en un comunicado y refrendadas por el presidente del consejo, Lewis Platt, no se deben a "la aventura en sí", sino a que los hechos ponen en entredicho su juicio y pueden "reducir su capacidad para liderar la compañía".

Una capacidad que no sólo sacó al grupo aeronáutico norteamericano del difícil momento por el que atravesaba tras el escándalo de su antecesor, envuelto en un asunto de tráfico de influencias y espionaje industrial, sino que ha reconducido sus principales negocios y ha conseguido elevar su valor en Bolsa en más de 50%.

Dos días después de este descabezamiento, los copresidentes de EADS, Rainer Hertrich y Philippe Camus, no disimulaban en la presentación de los resultados del pasado ejercicio en Múnich, su satisfacción por haber conseguido, en sus cinco años de vida,desplazar a su competidor norteamericano de varias actividades en algunas de las cuales disfrutaba hasta hace poco de una situación de monopolio.

EADS ha conseguido aumentar un 60% su beneficio neto, hasta alcanzar 1.050 millones de euros, y, lo que es más importante, se ha colocado en una posición de ventaja importante con vistas a los próximos ejercicios no sólo en aviación comercial, sino en otros ámbitos como la defensa o el transporte militar.

En este último resultará también determinante la decisión que el Pentágono tomará el próximo año sobre la sustitución de sus aviones cisterna para repostar en vuelo, que fue el motivo del procesamiento de Darleen Druyun, directiva de Boeing y anteriormente empleada en el departamento responsable de la adjudicación en la Administración norteamericana.

Un contrato que, según Francisco Fernández Sainz, director de la división de transporte militar de EADS, "es imposible que no ganemos si se realiza una competición sin tapujos. Nuestro producto es más eficaz, más moderno, más rentable, con más opciones... Si la competición es noble, seguro que ganamos".

En cuanto a la aviación comercial, la batalla se va a producir fundamentalmente en China y el resto de países asiáticos. En Europa, Boeing ha sido desplazada de las grandes líneas aéreas durante los últimos años -el más reciente, el contrato de 73 aviones de medio alcance de Iberia que ha optado por el A-320-, y es significativo también que en el programa de lanzamiento del 787 Dreamliner no participen líneas aéreas europeas de bandera -únicamente Icelandair-, aunque Randolph S. Baseler, vicepresidente de marketing de Boeing Commercial Airplanes, afirmaba hace unos días en Madrid su convencimiento de que las líneas europeas terminaran participando finalmente, como las grandes norteamericanas que se encuentran todavía en un periodo de recuperación de la crisis ocasionada por el 11-S.