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Entrevista:JOSÉ MIGUEL ANDRÉS | PRESIDENTE DE ERNST & YOUNG EN ESPAÑA

"El concurso para cambiar de auditor se va a generalizar"

Para el directivo, que acaba de ganar la cuenta de Telefónica, es "la única fórmula razonable"

Amaya Iríbar

Es el nuevo auditor de Telefónica. José Miguel Andres (Madrid, 1955), presidente de Ernst & Young desde el pasado verano, se ha estrenado en el cargo arrebatando a Deloitte el contrato de auditoría más suculento del mercado español. El reto es tan importante para la tercera auditora de España por facturación que su presidente se pondrá al frente del equipo responsable de revisar las cuentas de unas 350 empresas del grupo de telecomunicaciones. Se remangará la chaqueta y delegará algunas de sus nuevas funciones ejecutivas por un contrato que vale, según las primeras estimaciones, 15 millones de euros. El acuerdo es, ademas, un mazazo para Deloitte, que audita a la gran mayoría de las empresas del Ibex y que pierde a uno de sus mejores clientes.

"Esperamos nuevos concursos el año próximo. Ninguna compañía ha tomado la decisión, pero hay rumores sobre empresas del Ibex"
"El precio no ha sido determinante en el caso de Telefónica. Hemos ganado porque nuestro equipo y referencias eran mejores"

Pregunta. ¿Qué supone para Ernst & Young el contrato de Telefónica?

Respuesta. Por su naturaleza y por la visibilidad de la compañía, no hay duda de que es el contrato más importante de auditoría que se ha disputado hasta la fecha en España. No recuerdo uno igual en los últimos 25 años, que es el tiempo que llevo como auditor.

P. ¿Por qué cree que Telefónica decidió hacer un concurso?

R. Consideraron que era una buena medida de gobierno corporativo cambiar de auditores después de nueve años con Deloitte.

P. ¿Coincide con esa percepción?, ¿cada cuántos años es recomendable cambiar de auditor?

R. No hay una respuesta única. Tiene que ser la empresa la que decida. Lo que sí creo es que una corporación como Telefónica, con la complejidad del grupo y la dificultad que tiene conocer todos sus detalles, no puede estar cambiando de auditor cada tres años. Tiene que haber un periodo mínimo de entre 7 y 10 años para cambiar. A partir de ese momento, dependerá de la comisión de auditoría y de los órganos de gobierno decidir si siguen con el mismo auditor con algunas condiciones, como puede ser el cambio de equipos, o cambian de firma.

P. ¿Por qué nueve años?

R. Nueve años era el periodo que fijaba la primera redacción de la Ley de Auditoría para cambiar obligatoriamente de auditor. Hay muy pocos países que tengan requerimientos de este tipo. En Europa, sólo Italia. Casi todos dejan que las corporaciones elijan. En mi opinión, ni es malo cambiar cada nueve años, ni debería ser obligatorio si puedes gestionar la independencia del auditor adecuadamente.

P. ¿Cuál ha sido la clave para que su oferta supere a las de PricewaterhouseCoopers y KPMG?

R. Desde el primer momento nos dijeron que el precio no era determinante, aunque Telefónica, como todas las empresas, tiene la obligación de cuidar los gastos. Lo más importante era la capacidad de realizar el trabajo de calidad en todo el mundo. Hemos ganado porque hemos demostrado que nuestra oferta presentaba el mejor equipo en todo el mundo, de una forma más integrada y más sólida. También entiendo que han pesado muchísimo nuestras referencias. En Europa somos auditores de France Télécom, de Telecom Italia, auditamos con PricewaterhouseCoopers a Deutsche Telekom...

P. Esas referencias son más europeas que españolas, porque el Ibex está en manos de Deloitte.

R. Tenemos una buena cuota de mercado entre las cotizadas, aunque nos supera Deloitte y, sin embargo, auditábamos menos del Ibex. Ahora cambia. Curiosamente auditamos grandes empresas, muchas con honorarios mayores que la mayoría de las del Ibex, pero que no están en el Ibex.

P. ¿Es el principio del fin de la hegemonía de Deloitte sobre las grandes empresas españolas?

R. No. La cuota de mercado de Deloitte sigue siendo la mayor. Pero el que más tiene, más tiene que perder. No hay ninguna revolución dramática ni en la cuota de mercado ni en el posicionamiento de las firmas, si bien es cierto que haremos todo lo que podamos por mejorar nuestra cuota.

P. ¿Cree que se generalizará el concurso para elegir auditor?

R. Sí. Es una fórmula que se aplica de forma generalizada en todo el mundo y es la única razonable para una multinacional con una visibilidad tan alta como la de Telefónica, que también tienen otras grandes multinacionales españolas. No se puede hacer de otra manera.

P. Antes los grandes contratos no se decidían así.

R. Bueno, no se ha hecho con un proceso tan formal, tan ordenado y con tanta publicidad, pero cada vez que hay un cambio de auditor hay una petición de propuestas que de alguna forma es un concurso competitivo.

P. ¿Cree que ha influido el hecho de que el comité de auditoría sea obligatorio?

R. Por supuesto. El papel del comité de auditoría es fundamental, tanto en la selección del auditor como en el control de su actividad. Nosotros hemos presentado nuestra propuesta en vivo al comité de auditoría, al igual que nuestros competidores.

P. Antes decía que el precio no ha sido determinante. ¿Cuánto va a cobrar Ernst & Young?

R. Se va a saber cuando Telefónica publique su memoria el año que viene.

P. ¿Y una estimación?

R. Hemos hecho una oferta cerrada para determinadas cosas, pero hay aspectos que están por concretar.

P. ¿Cuáles?

R. La revisión del cumplimiento de los requisitos de la sección 404 de la ley Sarbanes-Oxley.

P. Se ha publicado que el contrato ronda los 15 millones de euros. ¿Está cerca de la realidad?

R. Sí.

P. Esa cantidad supone el 17% de la facturación de Ernst & Young en España, ¿no puede surgir un conflicto de interés?

R. Son 15 millones de euros en todo el mundo y Ernst & Young factura en todo el mundo 10.000 millones de euros. De esos 15 millones, menos de la mitad son en España. La comparación que hicimos en su momento era que supondría alrededor de un 7% de nuestros ingresos de auditoría.

P. ¿No es una dependencia muy fuerte de un solo cliente?

R. No. El límite de concentración de la firma y de la regulación española es el 10%. Este año hemos crecido del orden del 16% en honorarios, pero en volumen de horas hemos crecido un 8%. Esto significa que nuestro crecimiento orgánico ya supera ese 7% que supondría Telefónica. Con el crecimiento normal del año próximo se diluiría el efecto. Lo lógico es que después del año próximo los honorarios de auditoría se convirtieran en un 5% del total de la firma.

P. ¿Se esperan nuevos concursos?

R. No este año, pero sí el próximo. No conozco ninguna compañía que haya tomado ya la decisión, pero sí he oído cosas en las empresas del Ibex 35.

P. El Grupo Santander lo hice hace unos años y repitieron con Andersen, hoy Deloitte.

R. Comunicaron que estaban muy satisfechos con el servicio que recibían de Arthur Andersen y que la única motivación para abrir ese concurso era reducir el coste de auditoría. Era una medida incluida en el programa de reducción de gastos del banco.

P. Ernst & Young ha crecido más que ninguna de las cuatro grandes en auditoría, ¿por qué?

R. Es una mezcla de todo: nuevos clientes, subida de tarifas, incremento de alcances en el trabajo como consecuencia de la implantación de las Normas Internacionales de Contabilidad...

P. ¿Ha cambiado su estrategia?

R. No. El peso de auditoría se mantendrá en torno al 50%. Las circunstancias extraordinarias de este año en la práctica de auditoría no van a ser permanentes. Los nuevos servicios en relación con el cumplimiento de las recomendaciones de Basilea II en las entidades financieras no van a ser trabajos de auditoría, sino de asesoramiento en riesgos, que crecerá más que la auditoría.

El presidente de Ernst & Young, José Miguel Andrés.
El presidente de Ernst & Young, José Miguel Andrés.CLAUDIO ÁLVAREZ

"Hay una tendencia clara a aumentar el número de horas para cada trabajo"

El escándalo Enron acabó con Andersen y cuestionó a todos los auditores. La regulación posterior para hacer más difícil que surjan nuevos agujeros contables ha sido beneficiosa para las firmas: tienen más trabajo y, por lo tanto, facturan más.

Pregunta. ¿Están creciendo los honorarios del auditor?

Respuesta. En Ernst & Young, el precio medio de la hora ronda los 70 euros. Estamos en línea con las otras firmas grandes y algo por encima del resto. Aumenta algo porque aumentan significativamente los gastos operacionales de la actividad, como los del seguro, formación y control de calidad. Pero la tendencia más clara es que aumenta el número de horas, el alcance del trabajo. Es una demanda de los comités de auditoría y de los organismos supervisores y reguladores.

P. ¿Han calculado cuántas horas más?

R. Algunos clientes en Estados Unidos están avisando de que el trabajo adicional llega a suponer un 80% más durante el primer año de la Ley Sarbanes-Oxley.

P. ¿Eso explica lo bien que ha ido el sector? En España el crecimiento medio de las grandes firmas ha sido superior al de ejercicios anteriores.

R. Eso, y las normas internacionales de información financiera que las empresas cotizadas tienen que empezar a aplicar este año. Todo ello ha supuesto un esfuerzo que se ha facturado.

P. ¿Y el año que viene?

R. No es esperable un crecimiento medio superior al 5%-7%. Otra cosa es que algunas firmas crezcan más.

P. ¿Cómo pueden evolucionar los negocios de la firma distintos a la auditoría?

R. En abogados, tanto la implantación, que es alta, como las limitaciones a la prestación de servicios a clientes de auditoría, reduce el campo de actuación. El crecimiento será pequeños. El asesoramiento financiero es muy reactivo: cuando hay muchas transacciones crece de forma importante, pero cuando éstas se reducen, es un mercado que se muere. No tiene la estabilidad de la auditoría o el asesoramiento fiscal. En España ha habido un parón absoluto de tres años. Eso cambió el año pasado y éste también está muy activo. Tendremos un crecimiento importante, pero desaparecerá en unos años.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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