La reapertura del Espai d'Art invita a reflexionar sobre los límites del museo
El EACC presenta en Castellón el proyecto 'Prótesis institucional'
Prótesis institucional. Bajo este epígrafe, el Espai d'Art Contemporani de Castellón (EACC) reabrió ayer sus puertas con un clara invitación a la reflexión sobre los usos de un museo, sus límites y sus capacidades. Dos "añadidos" a la fachada más visible del Espai conforman la parte principal del proyecto después de casi un año de inactividad, y después de la mutilación rayana en la censura que sufrió su última exposición sobre la violencia.
Arranca ahora una nueva etapa bajo la dirección de Juan De Nieves, que pretende exponer, como declaración de intenciones, el debate sobre los usos y disponibilidades del centro de arte. Su papel y responsabilidad y la necesidad de establecer vínculos con la ciudadanía. Para ello, el trabajo del arquitecto Santiago Cirugeda es absolutamente idóneo, ya que esta prótesis se ha materializado con dos espacios de alrededor de cincuenta metros cuadrados cada uno, que se unen mediante un corredor. Este conjunto arquitectónico es independiente del resto de instalaciones pero, tal como expuso De Nieves, no supone una ampliación del espacio, sino la respuesta al hecho de que "la dinámica de practicas artísticas demanda nuevos escenarios y nuevas estrategias de intervención". Así, las prótesis acogerán diversos usos que pueden ir desde su utilización como espacio expositivo hasta su "conversión" en aulario para estudiantes de arquitectura.
Los espacios de Cirugeda, conocido por sus Recetas urbanas, han sido bautizados por el propio autor, como El gordo y El flaco y aparecen recubiertos por una piel de casetones de plástico negro que habitualmente se utilizan como módulos de hormigonado, atravesados por varillas metálicas. La parte frontal de las células está acristalada. La prótesis, que incluso puede percibirse como un "parásito" arquitectónico, "representa no sólo una antesala de reunión y negociación sino también un espacio de resistencia". La programación de la prótesis no será rígida, ni responderá a calendarios estrictos. El proyecto de Cirugeda no tiene fecha de caducidad y se mantendrá mientras que en el interior del centro se programarán otras exposiciones.
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