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CRISIS POLÍTICA EN CATALUÑA

Maragall asegura que no quiere ser "el presidente de la connivencia"

Piqué opina que las excusas del jefe del Ejecutivo no resuelven la crisis

Enric Company

Pasqual Maragall convirtió su respuesta a Josep Piqué en una reafirmación del compromiso por la transparencia en la gestión de la Administración de la Generalitat. El presidente catalán afirmó con rotundidad: "No quiero ser el presidente de la connivencia. No quiero ser el presidente que mira hacia otro lado". Piqué intentó en vano, reiteradamente, que Maragall especificara "con un sí o un no" si su alusión al 3% de hace dos semanas en el Parlamento catalán se refería al cobro de comisiones ilegales por los Gobiernos de CiU.

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La réplica de Maragall se orientó a rehacer las relaciones entre Gobierno y oposición.Admitió que la crisis de estas dos últimas semanas "ha hecho saltar los puentes" del diálogo y se aprestó a rehacerlos.

Maragall: "Me hago responsable de los excesos verbales en el incidente parlamentario. Pido formalmente excusas a los ciudadanos por la parte que me toca".

Piqué: "Está bien que pida excusas. Pero no basta. El señor Mas

[líder de CiU, primer grupo de la oposición] está esperando cualquier pretexto para retirar su querella. Pero usted tiene la obligación de dar una explicación sobre el 3%".

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En el primer envite, Maragall eludió responder directamente a esta exigencia del diputado del PP. Hizo una decidida reafirmación del compromiso del Gobierno catalán con la transparencia. Recordó que forma parte del programa de gobierno firmado por los tres partidos que componen el Ejecutivo. Y aseguró además su compromiso personal en este asunto: "Estoy comprometido a que nadie tape las vergüenzas de nadie".

Para disipar las suspicacias sobre un pacto de silencio entre los partidos sobre las sospechas de corrupción, Maragall expresó varias veces su deseo de que tanto la Fiscalía como la comisión parlamentaria de investigación recién constituida sobre este asunto aclaren todo lo que haya por aclarar. Pero insistió también con mucho énfasis en que el compromiso por la transparencia sólo logrará rehacer la confianza de los ciudadanos en las instituciones y en los dirigentes políticos si es asumido conjuntamente por todos los partidos. Si no se hace así, afirmó, todo lo que se haga para erradicar la corrupción "será visto como un intento de sacar réditos" electorales por unos u otros.

Tanto valor atribuyó Maragall a su compromiso por la transparencia que lo antepuso a las reformas institucionales que se han emprendido en esta legislatura, en primer lugar la del Estatuto de Autonomía y la financiación de la Generalitat. Sin una vida pública "decente", afirmó, "poco valdrían las reformas institucionales". Para disipar también las suspicacias de que se había sometido a un chantaje formulado por Artur Mas cuando condicionó su participación en la reforma del Estatuto a la retirada de la insinuación sobre el 3%, Maragall agregó: "Quiero creer que se ha desvanecido la disyuntiva entre transparencia y reforma del Estatuto. Habrá transparencia y habrá Estatuto, o no habrá nada".

Piqué calificó de "positivo" que el presidente pidiera excusas por el incidente parlamentario que desencadenó la crisis y que hubiera "reconocido errores", pero consideró que con ellas no bastaba. E intentó ser lo más incisivo que pudo.

Piqué: "Se lo digo mirándole a los ojos: ¿Acusó usted de corrupción a los anteriores Gobiernos de Convergència i Unió? ¿Sí o no? Si no responde, la pregunta le perseguirá siempre. Esto es como los embarazos. Se está o no. Pero a medias, no".

Maragall: "La respuesta la dará la Justicia y la comisión de investigación parlamentaria".

Piqué: "Constato que el presidente no contesta".

A pesar de que el diputado del Partido Popular no logró la respuesta que demandaba a Maragall, sí aceptó el compromiso por la transparencia ofrecido por el presidente, así como su oferta de "mano tendida" para "rehacer los puentes" y "trabajar juntos" para las reformas institucionales.

Pasqual Maragall, en un momento del debate.
Pasqual Maragall, en un momento del debate.MARCEL·LÍ SÀENZ

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