_
_
_
_
_
BALONCESTO | Euroliga

El Madrid se queda a un paso

El CSKA vence en la prórroga al club blanco

Pues ya son 41 de un tirón. El CSKA prosigue su marcha triunfal aunque esta vez le costó un mundo alargar su imbatibilidad, ya que el Madrid puso casi todo lo que tiene, que esta vez fue mucho, lo que sin duda otorga una mayor mérito al triunfo del equipo moscovita, un equipazo en todo el sentido de la palabra. Fue un partido soberbio, emocionante, en medio de un ambiente fabuloso y muy bien jugado por los dos equipos, lo que no es novedad en el caso de los rusos y algo menos esperado en el caso del Madrid, bastante errático desde la pérdida de la final de Copa. Ganó el CSKA porque cuenta con mejores argumentos y no se ganan 41 partidos seguidos si no se sabe manejar bien todas las situaciones que se te pueden presentar. La de ayer fue de las de máxima exigencia, pues el Madrid jugó con una gran intensidad, peleando con gallardía su manifiesta inferioridad hasta el punto de tener dos grandes oportunidades de terminar con el mito ruso.

La primera al final del tiempo reglamentario. Un gran rebote ofensivo de Bueno recuperó un balón que terminó con falta sobre Fotsis y posibilidad de dar carpetazo al partido (83-84, cuatro segundos por jugar). Sólo pudo encestar uno y llegó la prorroga. La segunda y definitiva tuvo lugar cinco minutos después. El Madrid contó con la última posesión y después de casi veinte segundos no encontró otra solución que un tiro horrible de Bullock. Demasiado error para lograr una gesta.

Llegaba el CSKA con su fama a cuestas, plasmada en unos números de esos que asustan. Habría que remontarse a épocas anteriores a la disgregación de la URSS para recordar semejante respeto -o directamente miedo- hacia un equipo. Aquel "que vienen los rusos" que alertaba a jugadores y público y auguraba más de un dolor de cabeza ha recuperado vigencia, aunque los mimbres sobre los que se asienta no se parezcan nada. La mano de obra nacional, plasmada en una extraordinaria e inagotable producción de magníficos talentos ha dado paso con ayuda de un buen golpe de millones a un colectivo multinacional donde aquellos rasgos clásicos han desaparecido casi por completo hasta occidentalizarse en fondo y forma. Pero la sorpresa que ofrece este equipo proviene de conceptos que normalmente suelen reñir con planteamientos basados en jugadores estelares. Al CSKA le sobra de casi todo, pero a pesar de ello su comportamiento resulta extremadamente solidario con el grupo. Jugadores como Granger, un tirador letal, mezcla su terrorífica efectividad con una extrema sobriedad que le hace lanzar en contadas ocasiones. Lo mismo se podría decir de Holden o cualquiera de sus compañeros. No hay signos de egoísmo, todos aportan valor al equipo y ahí está el sargento Ivkovic por si alguno se desmanda momentáneamente. Todo ello conforma un colectivo demoledor, con mucho talento y también con gran disciplina. Por si esto no fuese suficiente, su increíble racha de victorias habla de una actitud ganadora impecable y constante, pues no bajan la guardia nunca, ni tan siquiera cuando cuentan con la clasificación en el bolsillo.

Ante este portento de equipo se enfrentó el Madrid con gallardía. Salió excitado, lo que es decir mucho de un equipo con tendencia a la frialdad. No estaba de más, pues se ponía en juego la mitad de sus posibilidades de continuar vivo en esta competición y un premio honorífico añadido que buscan todos los adversarios del equipo ruso: ser los primeros en derrotarles. Esta motivación extra le mantuvo vivo siempre, apoyado en la intensidad que pone gente como Gelabale, un jugador espectacular y cuya eliminación en el primer minuto de la prórroga le hizo un flaco favor al Madrid.

Con tan ajustado desenlace, los detalles cobran singular importancia. El Madrid falló demasiados tiros libres, se dejó capturar rebotes ofensivos decisivos y Bullock, encargado de meter las canastas importantes no tuvo un día muy fino. Con Reyes lesionado y Burke errático, Anderson hizo un roto muy importante en la prorroga y entre todas estas cuestiones se esfumó el sueño. Una lástima, pues lo tuvo al alcance como ningún otro anteriormente. Si el CSKA salió vivo de un partido este, se antoja difícil que dentro de un par de meses y en su propio campo no se lleve esta Euroliga.

Stojic intenta lanzar a canasta ante Savrasenko.
Stojic intenta lanzar a canasta ante Savrasenko.EFE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_