El Sevilla se estrella contra una muralla

Parece que ésta va a ser la semana en la que se examinará la capacidad del fútbol español frente al juego cicatero y su amplio espectro de posibilidades. Y el Sevilla tampoco aclaró si entre las bondades del fútbol español vive idea alguna de cómo doblegar a la racanería. El Parma fue tan intenso en su negativa a jugar al fútbol-al menos, el que gusta por aquí- que se convirtió en una caricatura: todos los rasgos exagerados, todas las expresiones grotescas. Saltó al terreno de juego con cinco defensas, tres centrocampistas escoltándolos y dos delanteros con órdenes de echar una mano en defensa. En la interpretación de este estilo tan italinísimo, al entrenador sevillista, Joauín Caparrós, le salió la nota apenas afinada, le pegó a la tecla regular. Dejó en el banquillo a Renato para que Jordi y Martí manejaran el juego del conjunto.

Apostó Caparrós por el musculo y la carrera, cunado quizá los pases interiores de los que se le presume capaz a Renato. Sobre todo cuando se juegan con dos puntas que no son tales, comoAntoñito: fantástico en el caracoleo y el mareo y sin una sola gota de gol. El canterano wse metió en mil follones y tiró tan sólo una en la primera mitad y no fue gol por un paradón de Frey.

También aposto por las bandas el entrenador sevillista,quería hacer el campo ancho, estirar el juego para que así se estirara la pared humana de los de Parma. Jesús Navas conectó con Daniel Alves (aunque igul también le estorbó la subida). El menudo interior se coló cimbrenado sobre la línea y colocó un pase que nadie tocó, lo único qe hacía falta. Tambien Jesuli contribuyó a la larga lista de oportunidades sevillistas en la segunda mitad y engatilló un tirazo desde la izquierda que tambien paró Frey.También Navas dispuso de una gran oportunidad, pero su disparo dio en el palo.

Nada sirvió para ganar a un equipo que fue sancionado con 11 tarjetas amarillas.