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PLENO DEL PARLAMENTO

El PP convierte a Maragall en eje de su crítica a Chaves

Lourdes Lucio

El PP ensayó ayer una nueva forma de oposición consistente en pedir cuentas a los socialistas por una frase pronunciada por una persona que no se sienta en los bancos del Gobierno autonómico y por un tema sobre el que carecen de responsabilidad. La declaración del presidente Pasqual Maragall comparándose como una "mujer maltratada" por la crisis política catalana inspiró una pregunta urgente de la popular Esperanza Oña y la afirmación de María José García Pelayo de que el PSOE era "un partido de machistas".

Pelayo defendió una proposición no de ley en la que pedía el cambio de la ley de Gobierno para regular la paridad en los altos cargos. La iniciativa, que contó con el apoyo crítico de IU y PA, fue rechazada por la mayoría socialista por ser ayuna de "credibilidad". "Cuando usted esté dispuesta a hablar de la paridad en la representación de las listas, encontrará dispuesto al PSOE a hablar de la paridad en los puestos de designación", dijo la socialista Maribel Montaño.

El PP registró su proposición después de que se opusiera en comisión a establecer por ley la alternancia de hombre y mujer en las listas electorales. "Apoyamos la iniciativa, pero ustedes la están utilizando como cortina de humo para tapar la vergonzosa actitud de que van a recurrir las listas cremallera al Tribunal Constitucional. Así difícilmente se puede articular una alternativa", afirmó Antonio Moreno (PA).

En la misma tesis abundó Concha Caballero (IU), quien dijo que "los mejores palmeros del PSOE es la oposición ridícula" del PP. "Son responsables de la mayoría reiterada de los socialistas", dijo Caballero, quien añadió: "Se puede criticar que la paridad sea del 30% en la Administración, que en los comités de expertos de Chaves estén exentas las mujeres o la falta de políticas activas para el empleo femenino, pero no tener dos discursos a la vez y no estar loco".

"Señuelo electoral"

Pelayo acusó al PSOE de usar a las mujeres de "señuelo electoral" y se lamentó de que la presencia de éstas en la Administración apenas alcance el 29%, dato que Montaño elevó al 36,6%. En el cierre del debate, intentó una innovación al ceder dos minutos y 28 segundos de su turno a la socialista. "Si no sube aquí y pide el cese de Maragall de la ejecutiva federal del PSOE demostrarán que no tienen crédito y son un partido de machistas".

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Antes, la vicesecretaria del PP, Esperanza Oña, acusó a Micaela Navarro de "guardar silencio" ante las palabras de Maragall, como antes hizo "con las barbis pose", un término con el que calificó a las ministras por la sesión fotográfica en el Vogue. Navarro recordó que había condenado las palabras de Maragall. "Ni Zapatero ni nadie me va a callar", dijo.

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