Al Ayuntamiento y los vecinos de Sevilla

Desde la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía vemos con preocupación el cada vez más frecuente rechazo vecinal a la instalación de cualquier servicio público en sus barrios. Primero fueron algunos vecinos de Los Bermejales y su oposición a que se construyeran viviendas sociales en el Nuevo Bermejales, aún sin edificar. Estos mismos vecinos rechazaron después la construcción de una mezquita. También los vecinos de Sevilla Este se oponen a la creación de un centro para recuperar toxicómanos en su entorno. Últimamente los vecinos de La Buhaira se muestran contrarios al traslado allí de sedes judiciales.

Estos hechos suscitan algunas reflexiones: por un lado, la falta de comunicación del Ayuntamiento con los ciudadanos a los que debiera servir. Las decisiones se toman en secreto y al margen de los vecinos a los que van a afectar. Por otro, la distribución de los espacios y los servicios públicos se hace en función de los intereses del mercado, no de los intereses generales.

Con un criterio igualmente egoísta, los vecinos de los barrios eluden en sus cercanías cualquier servicio que sirva para remediar situaciones que en general son de pobreza y exclusión.

Este rechazo ciudadano y la actitud economicista del Ayuntamiento provocan la concentración de unos pocos espacios de todas las situaciones de exclusión, dividiendo la ciudad en cómodas zonas residenciales y guetos que concentran todos los problemas.

¿Qué clase de ciudad queremos? ¿qué hacemos con los excluidos? La situación actual sólo nos lleva a un círculo vicioso de mayor y más profunda exclusión que revierte en delincuencia y enfrentamientos sociales.

Sólo una mayor participación ciudadana responsable y un interés real de la administración por los problemas vecinales, con un criterio solidario y no comercial, pueden ayudar a conseguir una ciudad más justa que incluya a todos, disfrutando de un grado de convivencia aceptable.