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Entrevista:RUTH BEITIA | Medalla de plata en salto de altura | ATLETISMO | Campeonatos de Europa en pista cubierta Madrid 2005

"No tengo que temer nada"

Carlos Arribas

Para celebrar la medalla de plata ganada el sábado en salto de altura, Ruth Beitia (Santander, 1979) se fue ayer a comer con sus padres, a tapear por el Madrid de los Austrias. "Estuvimos por la plaza Mayor, como unos turistas más", dice la cántabra, quien empezó a sentir la carga de la popularidad: "Sí, me han pedido algunos autógrafos. Es que ha habido mogollón de cobertura de los medios".

Pregunta. ¿Le extraña que su metal tenga tanto eco?

Respuesta. No; supongo que le extraña más a la gente, que se hará preguntas. Dirá: '¿Cómo? ¿Una medalla? ¿Una saltadora? ¿Y española?'. Y, como soy novata en el club, la única del sábado, porque a todos los demás españoles les sobran...

P. Pero llega al club con ganas de establecerse para siempre.

"Antes me podía la responsabilidad y no era consciente de lo que podía llegar a hacer"
"Una psicóloga me ha ayudado a conectar y desconectar, a ahorrar energía"
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Un éxito que debe refrendarse

R. Ojalá que todo el mundo se acostumbre a verme ahí.

P. ¿Era consciente de que en su figura se había colgado el sambenito de que se achicaba en la alta competición mientras su compañera Marta Mendía se agigantaba?

R. Sí, claro, claro que lo sé. De hecho, esa fragilidad es la que más he trabajado con la psicóloga. Llegaba un gran acontecimiento, me presentaba con la segunda o la tercera mejor marca y luego no cumplía. Me podía la responsabilidad y no era consciente de que podía llegar a hacerlo. Ésta ha sido la principal lección que aprendí en los Juegos Olímpicos de Atenas, en los que no pasé a la final: que no tengo que temer nada.

P. Y, desde entonces, disfruta.

R. No tanto, no tanto. Lo pasé muy mal en la fase de clasificación. Cuando hice un nulo en 1,92 metros [su mejor marca es de 2,00 metros], se me hizo muy duro. Quería estar en la final fuera como fuese y el nulo me tocó un poco. Y vi que todos los míos sufrieron. Así que, cuando respiré y vi que me había clasificado, les dije a los que sufrieron que se olvidaran de sufrir, que en la final iban a disfrutar.

P. ¿Quiénes sufren más?

R. Todos, pero sobre todo mi entrenador, Ramón Torralbo. Me ven muy nerviosa. Y también Toñi, la psicóloga.

P. ¿Cuánto tiempo lleva trabajando con una psicóloga?

R. Poco más de un año, desde la temporada pasada en pista cubierta. Justamente estuvimos hablando ayer, tomando un café antes de la prueba, y vimos las dos que lo había digerido mejor que el año pasado. Sólo tuvimos tres días de trabajo de despacho. El resto fue por teléfono y era más complicado. Lo he digerido mejor y se nota. Hemos trabajado sobre todo para aprender a conectar y desconectar durante la prueba, para ahorrar energía. Las competiciones de muchos saltos desgastan mucho. Si lo haces todo a la primera, te desgasta más psicológicamente.

P. Todo el mundo dice que los deportistas de la élite son de natural egoístas, que sólo piensan en lo suyo, y a usted se la ve siempre junto a Marta Mendía, la otra española de gran nivel. ¿No hay piques entre ambas?

R. Qué va, qué va. En el salto de altura no hay secretos. La que está bien sabes que va a saltar bien. Así que no tenemos por qué llevarnos mal. Creo que hasta la gente tiene envidia de vernos así y, de vez en cuando, en broma, nos decimos que tenemos que discutir entre nosotras, a ver si vendemos más. Pero, aunque lo intentemos, será imposible. Congeniamos genial las dos. Ella me ayuda, yo la ayudo y así.

P. Pero apenas se ven. Mendía se entrena en Pamplona y usted en Santander, en la pista de la Albericia.

R. Nos llamamos todos los días para contarnos nuestras cosas, nuestros entrenamientos. Que si yo he estado haciendo tijeras con nieve, que si yo con hielo... Y nos alegramos mucho de los éxitos de la otra.

P. Y también con los éxitos de la joven Gema Martín Pozuelo, a la que se abrazó el otro día cuando le quitó el récord de España júnior.

R. Los récords están para ser batidos y, al igual que yo se los batí a Marta, Gema me los batirá a mí. Y así tiene que ser.

P. ¿La ha felicitado Sagrario Aguado, la pionera española del salto de altura?

R. Sí, la vi ayer. Como estoy en la directiva de la federación, me dieron un pase de la zona VIP para mis padres y estuvimos todos. También Luis Garriga, el primer español que saltó dos metros, y Covadonga Mateos, otra pionera. Nos abrazamos mientras Sagrario nos contaba las penurias que pasaba como mujer y atleta en la España de hace 30 años, sus historias... Gracias a ella hemos tenido el camino más fácil las demás.

Ruth Beitia, en un descanso sobre la pista.
Ruth Beitia, en un descanso sobre la pista.EFE

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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