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Reportaje:

El trabajo femenino desde siete prismas

Mujeres con experiencias laborales diversas comentan sus vivencias y las dificultades para alcanzar la equiparación real

Hace casi 30 años que las mujeres españolas dejaron de necesitar por ley el visto bueno de sus maridos para trabajar. Una mirada atrás muestra las zancadas dadas en un camino en el que todavía queda mucho terreno por andar. Siete mujeres de distintos ámbitos y realidades responden a tres cuestiones con motivo del 8 de marzo, día dedicado a la mujer trabajadora:

1. ¿Cuál cree que es la asignatura pendiente en la equiparación de la mujer?

2. ¿Percibe que le perjudica o lo ha hecho en el pasado ser mujer en su trabajo?

3. La presencia de las mujeres en el ámbito laboral es cada vez mayor. ¿Supone este aumento una mejora en la responsabilidad de los puestos de trabajo?

- Montserrat Navarro García, juez decana de los juzgados de Alicante y juez de vigilancia penitenciaria.

"Tengo una compañera a la que han despedido tres veces por haberse quedado embarazada"
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"La desigualdad es un problema de mentalidad por falta de educación en este sentido"
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1. Todavía existe, por desgracia, discriminación, sobre todo en materia laboral.

2. Nunca he percibido discriminación ni favoritismo en nada que haya hecho o estudiado. Las mujeres tenemos que ser agradecidas con los movimientos que han luchado y reivindicado políticas de igualdad que se vienen materializando en España en los últimos 30 años.

3. En determinados sectores, la incorporación de la mujer al trabajo ha contribuido humanizando el trato con el público. No debemos caer en la tentación de decir que somos mejores, puesto que en mi opinión somos simplemente iguales. En todo caso, todavía falta mucho; la desigualdad es un problema de mentalidad producido por la falta de una educación adecuada en tal sentido. Faltan varias generaciones hasta que desaparezcan situaciones injustas, pero soy optimista y se percibe un cambio de mentalidad en general.

- Ángela Torrecillas Parreño, conductora de la Empresa Municipal de Transportes (EMT). Fue la primera mujer en Valencia en ponerse al volante de un autobús de línea municipal hace 20 años.

1. Sobre el papel tenemos los mismos derechos, pero una cosa es lo que dice la ley y otra la realidad social. De 1.187 conductores que tiene la EMT en Valencia, sólo hay 39 mujeres. Hemos logrado la igualdad jurídica, pero no la real.

2. Yo siempre digo que la próxima vez que nazca, quiero ser hombre por las trabas que he encontrado a lo largo de mi vida. En la EMT tengo los mismos derechos que mis compañeros, pero en otras empresas que he trabajado la situación ha sido muy distinta y cobraba menos que los hombres, por ejemplo, cuando conducía un camión o trabajaba en un taxi.

3. Hay más trabajadoras, pero no nos dejan acceder a los cargos más altos; me da la impresión de que nos tienen un poco vetadas. Las mujeres ocupan puestos muy por debajo de la responsabilidad que podrían desempeñar y la situación no cambiará hasta que pasen varias décadas; no sé si llegaré a verlo.

- Mabel Agues y Amor Ferry, soldadoras en la planta de Alstom.

1. Que nos miren tanto con lupa. Como eres mujer tienes que hacerlo aún mejor, te controlan más.

2. No, te exigen más, pero por otra parte tienes privilegios. Hay sitios donde por ser mujer no entras, son para echarse a llorar, pero aquí [Alstom] nos tratan bien.

3. Creemos que sí.

- Belén Abarca González, catedrática de Química Orgánica de la Universidad de Valencia.

1. Creo que no es sólo una, pero quizá la asignatura pendiente más importante sea el reconocimiento social y laboral de que la vida familiar y el trabajo doméstico es equiparable en la mujer y el hombre.

2. Sí, a pesar de que tengo el privilegio de trabajar en un entorno profesional en el que no existe la discriminación que hay en otro tipo de trabajos, no cabe duda de que nos cuesta más a las mujeres el desarrollar una carrera académica que a los hombres. Afortunadamente se nota que lentamente la situación va cambiando.

3. Sería bueno tener en la mano estadísticas actualizadas para contestar a esta pregunta y, si nos fijamos en el ámbito universitario, ver la relación entre catedráticas/os, profesoras/es titulares, rectoras/es, decanas/os, directoras/es de departamento, de servicio, etc..... No dispongo de los datos concretos, pero puedo asegurar que en todos los casos el resultado favorable no tiene género femenino. Aún nos queda mucho por hacer.

- Glòria Marcos, coordinadora de Esquerra Unida-L'Entesa.

1. No se trata de una asignatura. El problema es el techo de cristal, esa especie de muro invisible que explica que ante una teórica igualdad, se continúe produciendo la desigualdad, la violencia de género, la feminización de la pobreza y la carencia de igualdad de oportunidades en el mundo laboral.

2. Respecto a la actividad política, ser mujer significa tener muchas dificultades de partida y una presencia más efímera en la vida pública. Que yo sea la única mujer que desde la llegada de la democracia ha dirigido uno de los partidos grandes del País Valenciano es una muestra de las dificultades que tenemos las mujeres en este ámbito.

3. Hay más mujeres, pero no estamos homologadas al resto de la UE. La tasa de paro femenina es diez puntos más elevada que la de los hombres, pero la de actividad es una de las más bajas de la UE. Además, el trabajo precario y temporal es una de las características y hay una diferencia salarial de más del 30% de media para la misma ocupación. Esta precariedad hace más difícil el acceso a prestaciones por desocupación y jubilación.

- María Victoria Ferrandis, gerente de Exclusivas Ferrandis, SA.

1. Tenemos que creer en lo que hacemos; uno de los problemas es la falta de modelos y el miedo al fracaso. Es cierto que el lenguaje construye el género y ese lenguaje actualmente es sexista. Y todavía existe la doble jornada que asume la mujer con el trabajo doméstico y el de fuera de casa. El estereotipo de la superwoman debe superarse. Los salarios siguen siendo más bajos, especialmente en la empresa privada. En los puestos de dirección hay mucho camino por recorrer, la cultura social debe avanzar.

2. En ocasiones, porque hay personas que nos quitan credibilidad y nos infravaloran por ser mujeres. La sociedad evoluciona pero no con la rapidez deseable.

3. Hemos tenido que luchar en muchas ocasiones doblemente para acceder a puestos directivos y de toma de decisiones. A veces cuesta tanto llegar que no puedes permitirte fallar, lo que implica una mejora en la calidad de nuestros resultados; bien es verdad que ello supone un esfuerzo añadido.

- Marisol Fuentes García, vigilante de seguridad.

1. En general es la igualdad. La mujer siempre tiene que demostrar más en el trabajo para ser igual de valorada que un hombre.

2. En cierta forma. Siempre tienes que demostrar más cosas. En mi profesión simplemente por ser hombre se supone que eres mejor que una mujer.

3. Creo que no supone que los empleos sean de más calidad. Lo primero que habría que hacer es que no fuera tan difícil para la mujer combinar el trabajo y la familia. Tengo una compañera a la que han despedido tres veces por quedarse embarazada.

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