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Reportaje:

Catai extiende su concepto del viaje

El turoperador español, que en 2004 creció el 51%, prepara el turismo receptivo para chinos

Catai, el turoperador que comenzara a trasladar a los españoles a destinos exóticos y lejanos, ha cerrado un buen ejercicio. El año pasado, superada la crisis del SARS, creció en facturación un 51%, y prevé que este año venderá entre un 20% y un 25% más. Sus próximos proyectos pasan por redescubrir las ciudades europeas y hacerlas receptivas para turistas chinos.

La empresa, que facturó 65 millones el año pasado, vende en 80 países a través de casi 4.000 agencias de viaje

Catai es el nombre que Marco Polo dio a China. Y es el que eligieron los fundadores para bautizar una empresa pionera en enseñar el lejano Oriente a los españoles. Creada gracias al carácter emprendedor de su accionista mayoritaria, Matilde Torres, el turoperador, que el año que viene cumplirá las bodas de plata, se prepara para abordar nuevos productos y acomodar su actividad a los cambios que el mundo de los viajes está sufriendo. ¿El objetivo? Torres lo tiene muy claro: "Seguir emocionando al viajero, conseguir que su viaje sea toda una experiencia".

El viaje profesional que Torres emprendió en 1981 lo ha sido. Empresaria casi por casualidad, como ella explica, creó junto a dos compañeros de trabajo -Pierre Pontico, un francés profesor de inglés, y Blanca García, psicóloga- un turoperador especializado en Asia con una programación de viajes que atendía especialmente el aspecto cultural. Algo entonces tan poco al uso creó una demanda alejada del turismo de masas a la que Catai ha ido surtiendo de destinos variados. A Asia siguió África, luego América, las islas exóticas... hasta cubrir 80 países en los cinco continentes, ofrecidos por casi 4.000 agencias de viajes -entre ellas la suya propia- y apetecidos por más de 29.000 personas, las que el año pasado consumieron su producto.

"Aquí cada uno puede hacer el viaje que quiera", dice Torres, siempre y cuando haya plazas de avión, uno de sus caballos de batalla. La personalización, el uso de las nuevas tecnologías, la información y la formación, han sido para esta empresaria algunas de las claves del éxito de su proyecto. Un proyecto -el mayorista- que ha completado no sólo con la extensión de los destinos, sino con nuevas formas de hacer negocio, como la introducción de cursos de formación para agentes de viaje -cada año pasan 1.500 gratuitamente por las aulas- la publicación de guías y el adelanto de la oferta vía Internet.

La información

Torres parece atrapada por la Red. La ha convertido no sólo en un canal de venta, sino en un valiosísimo canal de información y contacto con sus clientes, y en el soporte único para alguno de sus últimos productos. Como el destinado a viajes de novios, un filón recientemente descubierto de fuerte penetración en el mercado y con un gran potencial para desestacionalizar las ventas.

La web será también el lugar donde Catai ofrecerá uno de los dos proyectos que ultima: el redescubrimento de las ciudades europeas. Muy crítica con lo que estos maduros destinos están ofreciendo -"un autobús panorámico del que apenas te puedes bajar"-, Torres pretende que un corto viaje a Londres o París sirva para acudir al último estreno, ver las últimas tendencias de arquitectura, o profundizar en la gastronomía.

Al tiempo, la empresa prepara la nueva rama en la que quiere adentrarse: el turismo receptivo de larga distancia. Sus primeros clientes vendrán de China, uno de los focos de atención en este sector por su enorme potencial. "Nos dimos cuenta", dice Torres, "de que el turismo receptor de larga distancia y el emisor se intercambian. Los chinos o los japoneses no viene a España, vienen a Europa. Recibiéndolos aquí podemos extender su viaje con nuestros productos a otros países".

Ya lo hacen con sus clientes de América Latina, la vía de internacionalización de Catai y donde el turoperador comercializa sus productos hace ya años. Junto a Asia es una de las regionales de mayor potencial, según Catai, tanto como destino para los españoles como para desarrollar el receptivo de latinoamericanos que luego siguen viaje por Europa, o para vender los productos de Catai en Asia.

Torres pevé que los 65 millones de euros que la empresa facturó el año pasado serán 100 en dos o tres años. Así que ya prepara la empresa para un crecimiento que, dice, siempre ha sido autofinanciado.

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