Villa vuelve a marcar y derriba al Villarreal
Animado por el buen resultado en la eliminatoria de la Copa de la UEFA, en la que superó al Fenerbahçe turco, el Zaragoza noqueó con buen juego y un gol del resucitado Villa al conjunto de Riquelme y Forlán, inéditos ayer. Precavida y temerosa se mostraba la afición baturra ante la visita del Villarreal, uno de los cuadros que mejor fútbol estaba desplegando en las últimas fechas. No así Víctor Muñoz, técnico local, que obvió el sistema que tan buen resultado le dio en la competición europea, el de disponer a tres mediocentros, y volvió al originario, un tanto más ofensivo. Alineó a dos medios y dos interiores, dadas las bajas, de opuestas características; Cani, técnico y polivalente por necesidad, a la izquierda y Galletti, rápido e incisivo, a la derecha. Acertó el técnico aragonés, ya que el Zaragoza, indistintamente de la banda que utilizara, llegó con asiduidad al marco de Reina, que se erigió en el mejor de los suyos.
ZARAGOZA 1 - VILLARREAL 0
Zaragoza: Luis García; Ponzio, Álvaro, Milito, Aranzabal; Generelo (Zapater, m. 63), Movilla; Galletti, Óscar (Soriano, m. 78), Cani (García Granero, m. 87); y Villa.
Villarreal: Reina; Javi Venta, Gonzalo, Peña, Armando Sá; Héctor Font (Cazorla, m. 66), Josico (Senna, m. 72), Riquelme, Sorín; Forlán y Guayre (José Mari, m. 61).
Gol: 1-0. M. 39. Villa recibe un balón peinado por Galletti y bate de disparo raso a Reina.
Árbitro: Rodríguez Santiago. Mostró la cartulina amarilla a Josico, Sorín, Milito y Gonzalo.
Unos 25.000 espectadores en La Romareda
Tras cuatro meses sin marcar en La Romareda y mes y medio sin ver puerta en la Liga, Villa reivindicó como mejor sabe el fútbol que atesoran sus botas. Ponzio sacó un centro intencionado hacia el borde del área grande, hacia la cabeza de Galletti. El argentino, que observó de reojo la falta de compenetración que mostraba la línea defensiva amarilla, prolongó el cuero peinándolo con sutileza a Villa. El Guaje lo adecuó con temple y, aunque un defensa le achuchó lanzándose al suelo, le dio tiempo a golpearlo y alojarlo al fondo de las mallas.
Trató de hurgar Pellegrini en la flaqueza que ayer presentaba el Zaragoza, su banda izquierda. Conocedor de que el lateral Toledo estaba lesionado y el interior Savio, sancionado, el técnico argentino ordenó a su medio derecho, Héctor Font, que cayera hacia dentro para que el lateral del mismo costado, Javi Venta, le doblara constantemente. El perjudicado: Cani, un jugador de corte ofensivo, que, a pesar de incorporarse bien al ataque, sufrió horrores a la hora de replegarse. Pero Riquelme, el encargado de organizar el juego, de abrir los balones o de enlazar el centro del campo con la delantera, no tuvo su día. Aunque ambos largueros repelieron un balón, una vaselina de Sorín y un rechace de Gonzalo Rodríguez, fue la tarde de Villa, que se reencontró con el gol y el Zaragoza con él, suficientes argumentos como para derribar a uno de los equipos de moda.
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