El delincuente y los otros

"Una fotografía en blanco y negro y otra en color de las cárceles, la delincuencia, la policía, y la justicia de los últimos 30 años". El periodista de la cadena SER Carles Quílez (Barcelona, 1966) define así su última novela, Psicópata, presentada hace unos días en la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona, un buen marco para hablar de cómo ha evolucionado en España "el aparato represivo del Estado", en palabras del Carlos Jiménez Villarejo, ex fiscal anticorrupción.

Psicópata -editada en castellano por Alhena Media y en catalán por Cossetània- es la historia novelada de José Gascón Fonollosa -el nombre es lo único que no coincide con la realidad-, un vecino de lo que entonces se llamaba barrio chino, que fue detenido por atraco cuando era un niño. Ahora tiene 47 años y cumple una condena de tres décadas en la cárcel de Quatre Camins tras acumular en su historial toda clase de violaciones, delitos de sangre y atracos a punta de pistola.

El relato novelado de esa historia humana lo ha construido el avezado periodista Daniel Sala -el parecido con Quílez es impresionante- a partir de una veintena de entrevistas en la cárcel con el protagonista y la lectura de decenas de páginas de atestados policiales, diligencias judiciales e informes forenses. "El libro es un gran fresco sobre la personalidad de un criminal, pero también de los otros", dijo Jiménez Villarejo, quien confesó en la presentación que leyó dos veces la novela y concluyó que era una obra para atemorizar. Pero no sólo por el protagonista. "El delincuente sufre un castigo justo, pero con el resto de personajes no ha pasado nada, queda una sensación de impunidad", dijo el ex fiscal. "¿Dónde estaban los jueces y fiscales cuando ese niño fue torturado por la Guardia Civil, cuando los malos tratos siguieron en la cárcel por algunos funcionarios o cuando la policía lo volvió a apalear?", se preguntó.

"La novela no cae ni en el cienticismo aburrido ni en la frivolización de un autor de ficción", dijo Andreu Martín, coautor con Quílez hace dos años de Asalto a la virreina, una serie de relatos sobre policías y ladrones.

"Es el retrato de una policía y una judicatura que eran corruptas", aseguró en la presentación la juez decana de Barcelona, Maria Sanahuja. "Una narración contundente de lo que fue la Modelo hace 30 años, cuando siempre había dos ambulancias en el patio para evacuar a heridos", terció Ramon Parés, ex director de prisiones de la Generalitat.

Casi todos se felicitaron por la evolución del sistema penitenciario, la democratización de la policía y los avances en la judicatura, aunque Jiménez Villarejo echó la mirada atrás. "El olvido no debería haber sido lo que fue. El perdón creó cierta sensación de impunidad en algunos colectivos".